“Para este disco me he centrado en la composición, en contar historias y en la honestidad… quería abrirme un poco más a la gente. En mis anteriores álbumes tendía a escribir con una imagen en mente, con metáforas, y es algo que me encanta, pero me he dado cuenta de que a veces eso puede crear una distancia entre el oyente y yo, o una distancia respecto a lo que quiero que entiendan sobre mí”, decía Remi Wolf hace poco sobre su segundo trabajo, después de sus EPs perrunos (‘You’re A Dog!’, ‘We Love Dogs!’ y ‘I’m Allergic to Dogs!’) y de su debut largo con ‘Juna‘, que seguía la tradición tomando el nombre de su perro. ‘Big Ideas’ no es el nombre de otro perro suyo (o eso esperamos), y el título podría ir más bien por las ganas de expansión que tiene Remi, tanto en lo que contaba ahí como a nivel de sonido.
Su fiel escudero Solomonophonic sigue en la producción, y se mantienen nombres potentísimos con los que ya trabajó en su debut como Porches, Ethan Gruska y Kenny Beats. Pero, ahora, Remi añade a Leon Michels (de quien os hemos hablado hace poco por su trabajo en el último de Clairo) y a los “nuevos a medias” Knox Fortune (trabajaron en el single suelto ‘Prescription’) y Carter Lang (le conoces por su trabajo con SZA, y trabajó en el EP navideño de hace un par de años de Remi).
Junto a ellos, Remi sigue navegando por el bedroom pop, pero viaja a otros territorios ya desde el lead single. ‘Cinderella’ doblaba la apuesta por el funk, con Remi identificándose con un color y luego con otro, equiparándolos a estados de ánimo y, en lugar de fustigarse, colgándose esta característica como medalla (“I can be anything I wanted to, any color of the rainbow”). La canción no es la mejor ‘Cinderella’ (esa sigue siendo la de Britney), pero resulta un tema bastante simpático, donde la artista nos recuerda a la vez a Lily Allen y a la Sia inmediatamente anterior a su boom (la de su cuarto y quinto disco, ‘Some People Have Real Problems’ y ‘We Are Born’).
Y ahí está uno de los problemas de ‘Big Ideas’ (aparte de su extraño tracklist, que apila todos los singles al inicio). Es cierto que el segundo álbum de Wolf explora nuevos lugares, que va del funk de ‘Cinderella’ al rock de ‘Wave’, el disco de ‘Toro’ (“just like a toreador”… Chayanne fue hallado muerto) o el punto psicodélico de ‘Cherries & Cream’ (para esto ha declarado tener como modelos a Led Zeppelin y Pink Floyd)… pero Remi tiene quizás los referentes demasiado cercanos; cuesta verle una personalidad clara.
Así, ‘Kangaroo’ no puede recordar más a girl in red, el punto oscurillo de ‘Alone in Miami’ nos lleva a Halsey (en la melodía hay incluso un poco del ‘Every You Every Me’ de Placebo), ‘Toro’ nos suena al último disco de Dua Lipa, ‘Soup’ a Tove Styrke, ‘Wave’ a FLETCHER, y sobre ‘Pitiful’ puede cantarse el “I won’t! Treat you like you’re oh so typical!” de ‘Closer’ (Tegan & Sara). Esto no quita que sean temazos, ojo; la garra de ‘Wave’, sin ir más lejos, es un soplo de aire fresco que sienta genial al disco. Y ‘Soup’ parte de una situación bastante sencilla a priori, sobre Remi comprando sopa para su pareja y cuidándola cuando está enferma… pero en realidad eso es el medio para hablar del miedo que tiene a perderla, el miedo a que quizás no le está dando lo suficiente. La sopa es un parche para aliviar la culpa, y para evitar el miedo.
A nivel de composición se observa una mejoría, como decía Remi en esas declaraciones al principio de la reseña, y también una mayor presencia de su particular humor, que ya estaba en su anterior trabajo. Del momento Five Guys de ‘Quiet On Set’ pasamos a hablar de las “secret lives of the wives of Harley Davidson” (‘Motorcycle’) y decir cosas como “I just met a bully, I think he’s kind of cute / when he socks it to me, I can’t help but like the bruise” (‘When I thought of you’); “and if you see me around, can you seem a little down? / I know it’s evil to say, I wish you well, but I don’t want you to be okay” (‘Frog Rock’); “she’s my Dion to Céline” (el bonus track ‘Slay Bitch’) o “listening to Timberlake without you, it doesn’t scratch the same itch” (‘Waves’).
Y quizás lo más confesional está en el último tema, irónicamente llamado ‘Just The Start’: “No I don’t wanna party but I don’t really wanna work / either way I’ll be lonely, either way I’m cursed / and maybe somewhere in the middle is actually worse (…) maybe if I get a motorbike my feet won’t need a shoe”, dice en una canción casi improvisada sobre lo rara que se le hace la fama. ‘Big Ideas’ presenta un progreso, y pueden verse grandes ideas, pero, además de cohesión, le falta que esas ideas y la forma de expresarlas nos lleven más a Remi y no tanto a otros artistas.