“Puedo hacer algo bueno” repetía para poder creérselo Porter Robinson en ‘Look at the Sky‘, uno de los cortes más destacados de ‘Nurture’, su anterior álbum. El proceso hasta que este vio la luz no fue nada sencillo. Sumido en una depresión provocada por el bloqueo creativo y la presión de las expectativas que sentía sobre él, Robinson se planteó no hacer música nunca más por no considerarse lo suficientemente bueno. La mera existencia de ‘Nurture’ suponía una celebración. Era todo un canto a la esperanza, una lucha contra los peligrosísimos demonios que habitan en el lado más oscuro de nuestras mentes.
En ‘SMILE! :D’, el artista suena mucho más convencido de su talento, pues ya es al fin consciente del valor de lo que mejor sabe hacer. Adoptando una estética inspirada en la era tecnológica de finales de los 2000 y principios de los 2010s (Messenger, Fotolog, Facebook, Tumblr, etc.), el álbum ofrece desde el principio un sonido electropop exultante y eufórico combinado con un buscado toque pop punk tan característico de esa primera década del siglo XXI.
El artista lanza toda la artillería pesada al principio. Se abre con ‘Knock Yourself Out XD’, que cuenta con todos los brillantes vicios sonoros marca de la casa (glitches, referencias digitales, melodías épicas…). En la letra ya se plasma una actitud diferente a la de su anterior proyecto, mucho más sarcástica y desenfadada, incluso si está hablando de temas serios, en este caso, acerca de la necesidad social de aparentar felicidad y maquillar la realidad. Allí una frase como “Bitch, I’m Taylor Swift / got a hundred million on my wrist’ ironizando sobre la fama no hubiera tenido cabida, y aquí encaja a la perfección.
Justo después viene ‘Cheerleader’, un absoluto temazo power pop nostálgico con unos intensos y abrasivos sintetizadores y una gran interpretación vocal. Inmediatamente después llega ‘Russian Roulette’, una de las producciones más ambiciosas de Robinson. Detrás de los coloridos sintetizadores y las melodías alegres se esconde una profunda y triste reflexión sobre la depresión y el desencanto ante un mundo digitalizado e insensible. Y de nuevo, la presión de las expectativas: “Pitchfork reports. They are calling me the big new thing”. Pero hacia mitad de la canción, el artista encuentra la luz “I wanna live, I don’t wanna die” versa antes de que la composición suba de BPMs llevando a la canción a un eufórico climax.
Tras estas tres canciones espectaculares, ‘SMILE! :D’ nunca consigue igualar el nivel, pese a que haya resquicios y detalles de calidad en la mayoría de las otras pistas. Nada tiene el mismo impacto emocional y el disco va perdiendo fuelle de forma inevitable. Canciones como la balada ‘Year of the Cup’ no logra encontrar su espacio en la secuencia o, por mucho que llame la atención el semi-rap de ‘Kitsune Maison Freestyle’ al estilo Brokhampton, el resultado es bastante descafeinado y el sonido sorprendentemente genérico. La cara B del álbum es algo parecido a un desierto, con la excepción de ‘Is There Really No Happiness?’ que cuenta con un potente estribillo.
Con todo, ‘SMILE! :D’ vuelve a demostrar que si hay alguien en el electropop que ahora mismo está dispuesto a experimentar y jugar con sus posibilidades es Porter Robinson. El deslumbrante comienzo de este tercer trabajo es una buena muestra de ello. Es una lástima que lo demás se quede en lo simplemente correcto, aunque como ejercicio puramente nostálgico no deja de ser interesante XD.