Sociedad

Madonna rinde tributo a su hermano y director de arte Christopher Ciccone

Christopher Ciccone, hermano de Madonna, ha muerto a los 63 años. De los 5 hermanos de la artista, es el más conocido, pues en los años 80 y los primeros 90, estuvo estrechamente vinculado a su carrera artística. Fue bailarín de sus shows, apareció por ejemplo en el vídeo de ‘Lucky Star’ y en una conocida actuación de ‘Holiday’. Sobre todo fue el director de arte de algunas de sus giras.

En concreto, se encargó de la dirección de arte de dos de los tours más importantes de Madonna: ‘Blond Ambition Tour’, el más influyente de los shows de la reina del pop por su carácter teatral y su división en actos; y ‘Girlie Show’, en el que se presentaba ‘Erotica’, también un show de culto.

Por supuesto, Christopher tiene una papel fundamental en el documental que se realizó sobre ‘Blond Ambition Tour’, ‘En la cama con Madonna’. Es quien informa a Madonna de que puede ser detenida en Toronto por lo que tiene su concierto de lascivo.

La relación entre ambos se deterioró a mediados de los 90, y especialmente cuando Madonna se casó con Guy Ritchie en el año 2000. Christopher llegó a escribir un libro llamado ‘Vivir con mi hermana Madonna’ en el que aseguraba que muchas de las decisiones artísticas de Madonna habían sido suyas, y la dejaba como una déspota. También ha dirigido vídeos para Dolly Parton y Tony Bennett.

La muerte de Christopher Ciccone empezó a ser comentaba en redes sociales este sábado, pero no ha sido hasta primera hora de este domingo -hora estadounidense- cuando TMZ ha confirmado la noticia. El medio asegura que Christopher tenía cáncer de próstata.

Una noticia que sacude a la familia Ciccone tan solo unos días después de que Joan, la madrastra de Madonna, también falleciera a causa de un cáncer. El padre de Madonna, Silvio Ciccone, ha cumplido 93 años este mes de junio.

Dos días después de su fallecimiento, Madonna se ha despedido de su hermano con un emotivo texto en el que revela que ambos reconectaron con motivo de la enfermedad:

“Mi hermano Christopher se ha ido. Durante mucho tiempo, fue el ser humano más cercano a mí. Es difícil de explicar nuestro vínculo. Pero nació del entendimiento de que éramos diferentes y de que la sociedad nos lo iba a hacer pasar mal por no seguir el status quo. Nos tomamos de la mano y bailamos a través de la locura de nuestra infancia.
De hecho bailar fue el pegamento que nos unió. Descubrir el baile en nuestra pequeña ciudad del medio oeste me salvó y después se unió mi hermano y le salvó también. Mi profesor de ballet, que también se llamaba Christopher, creó un espacio seguro para que mi hermano fuera gay. Una palabra que no se podía pronunciar ni susurrar donde vivíamos.
Cuando al final tuve el coraje de irme a Nueva York para convertirme en bailarina, mi hermano me siguió. Y de nuevo nos cogimos de la mano y bailamos a través de la locura de Nueva York. Devoramos arte, música y cine como animales hambrientos. Estuvimos en el epicentro de todas estas cosas que explotaban. Bailamos a través de la locura de la epidemia del sida. Fuimos a funerales y lloramos, y seguimos bailando. Bailamos juntos en el escenario al principio de mi carrera, y al final, se convirtió en el director creativo de muchas giras.
Cuando se trataba de buen gusto, mi hermano era el Papa, y tenías que besar su anillo para obtener su bendición. Desafiamos a la Iglesia Católica Romana, a la Policía, a todas las figuras de la autoridad moral que se interpusieron en la libertad artística. Mi hermano estuvo a mi lado. Fue un pintor, un poeta y un visionario. Le admiraba. Tenía un gusto impecable. Y una lengua afilada, que a veces usó contra mí. Pero siempre le perdonaba.
Escalamos juntos a los picos más altos y nos tambaleamos en lo más bajo. De alguna manera, siempre nos encontramos de nuevo, nos agarramos las manos y seguimos bailando.
Los últimos pocos años no han sido fáciles. No nos hablamos durante un tiempo, pero cuando mi hermano se puso enfermo, encontramos nuestra forma de reencontrarnos. Hice todo lo que pude para mantenerle con vida lo máximo posible. Al final estaba sufriendo tanto que, una vez más, nos cogimos las manos, cerramos nuestros ojos y bailamos juntos. Me alegro de que ya no esté sufriendo más. Nunca habrá nadie como él. Sé que está bailando en algún lado”.

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Publicado por
Sebas E. Alonso