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Marinita Precaria / Un vaso de agua

Lo mejor: 'Suelo', 'No eres raro eres malo', 'Gente Normal', 'Fantamas', 'El Gran Cañón'
Te gustará si te gusta: Christina Rosenvinge, Vainica Doble, Lucy Dacus, The Magnetic Fields, Amaia, La Buena Vida, Maren, la primera La Casa Azul
Escúchalo: Youtube

“Hemos competido en ser felices / y nos ha ganado la gente normal”, canta Marinita Precaria en ‘Gente Normal’ (saludos a Pulp) y puede ser un buen simbolismo de este disco y de cómo lo sencillo puede ser maravilloso. La cosa es que esa “sencillez” en las letras es complicadísima de conseguir, y es uno de los motivos que hace de ‘Un vaso de agua’ uno de los discos más destacados a nivel nacional este año.

Marina Gómez Marín comenzó a publicar temas tras quedarse en paro (es arquitecta) en la pandemia. Aunque le gustaba practicar con la guitarra, fue entonces cuando se compró un teclado decidida a sacar canciones. Poco después llegaron las primeras de la mano de Elefant, y, luego, el EP ‘No me miréis’. El sello vuelve a demostrar su buen olfato, pues ‘Un vaso de agua’ se publica solo unos meses después de otro magnífico debut, el de Pipiolas con ‘No hay un Dios’, y de nuevo, esto podría pasar perfectamente por un segundo disco.

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Producido por la propia Marina junto a Sergio Pérez García (que ha trabajado con Soleá Morente, La Bien Querida o Los Punsetes), el disco se las apaña para pasear por distintos estilos e incorporar numerosos guiños, y, a la vez, mostrar un sonido que asociemos a Marinita Precaria, pese a recordar a Vainica Doble, Maren, La Buena Vida o la primera La Casa Azul.

Algunos ejemplos de esta amalgama son ‘Lo que nos pasa’ y su acercamiento al tango, el italodisco de ‘Final explicado’ con su descorazonador “ahora todo lo que siento no me sirve para nada”, o ‘Fantasmas’, donde conviven un xilófono y unos matices house crepusculianos. ‘Fantasmas’ es uno de los lugares altos de este disco, sobre todo por su uso del humor para retratar una situación amarga: “me has llenao la casa entera de fantasmas / y ahora te da miedo venir (…) viven aburridos, verme es un castigo / ven y pídeles perdón”, canta Marina en una canción donde también destaca su final casi instrumental.

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Sin duda la letra es el principal punto fuerte de la artista, recordando a Christina Rosenvinge en momentos como la afilada ‘No eres raro eres malo’: “tiré al suelo la mitad de mi cigarro / solo por darte la mano aquella vez / vaya desperdicio absurdo, qué derroche / qué descuido, que no vuelva a suceder”, dice en un tema que contiene uno de los mejores versos del álbum: “prefiero no formar parte de ese grupo tan privilegiado al que no tratas mal”. Pero no es, en absoluto, el único gran momento compositivo de ‘Un vaso de agua’.

‘Suelo’ empieza magnética con ese “tiene que haber un amor / qué pena de noche si no” y continuará con “y ayer arranqué esta flor para ti / tú la quieres más que el suelo”. “Yo puedo vivir feliz con un incendio en el jardín” canta en ‘Momento decisivo’, o “ninguna catarata te va a hacer comprender / el sentido de nada, ni el cómo ni el porqué” en ‘El mundo no es para tanto’, donde, después de enumerar una serie de razones que apoyan su argumento, Marina claudica con un “pero te acompañaré”. Este juego con la estructura también lo hace ‘El Gran Cañón’ (¿soy yo, o su melodía recuerda en cierto momento a ‘Paper Love’ de Allie X?) y su giro final con “no hay nada más perverso que ser feliz aquí”.

Parece haber conexiones entre algunos temas, siendo el ejemplo más claro el de esas canciones que “tal vez nos estén equivocando” de ‘El Gran Cañón’ y ‘La Piscina’. Ésta es su ‘Un año más’ particular, y contiene un fragmento fascinante: “pienso en esa foto tuya en que sales de perfil / y una piedra cobra vida porque un escultor la mira / y la rompe y la derriba para hacerla vivir / nada nunca me había recordado tanto a ti”. La excelencia compositiva está incluso en la final ‘Nota’, que a duras penas llega al minuto de duración, y que aun así encuentra espacio para un verso como “se desconoce si es defecto o virtud / esta ternura que quiere gobernar”.

En una entrevista para El País le preguntaban si podía llamarse “precaria” y actuar en el Primavera Sound (ojalá este arrojo con otros artistas, también os digo), ante lo que ella sabiamente respondió: “cuando me puse el apellido ya sabía que estaba cometiendo un error, pero la idea es que la precariedad tenga fecha de caducidad”. Desde luego, en este debut material hay de sobra para eso.

<b>Lo mejor</b>: 'Suelo', 'No eres raro eres malo', 'Gente Normal', 'Fantamas', 'El Gran Cañón'<br> <b>Te gustará si te gusta</b>: Christina Rosenvinge, Vainica Doble, Lucy Dacus, The Magnetic Fields, Amaia, La Buena Vida, Maren, la primera La Casa Azul <br> <b>Escúchalo</b>: <a href="">Youtube</a><br>Marinita Precaria / Un vaso de agua