Godspeed You! Black Emperor han titulado su último disco con el número de muertos en Gaza a 13 de febrero de 2024. En el momento de escribir esta crítica, el estado genocida de Israel ya ha asesinado a más de 42.000 palestinos en la Franja. Cifras estimatorias, pues se calculan 10.000 desaparecidos. Hay más de 92.000 heridos y el 90% de la población gazatí está desplazada (1,9 millones de personas), según datos de Amnistía Internacional. A día de hoy, Israel ha extendido sus ataques al Líbano, donde están causando también numerosas víctimas. Todo ante la impasibilidad, si no directamente con la aquiescencia, del mundo occidental, del que nosotros formamos parte, del que forman parte Godspeed You! Black Emperor.
Todo el asco moral que genera el genocidio en Gaza se plasma en este nuevo disco de los canadienses. Pero no es un disco eminentemente triste. Al menos, no de entrada. Ni siquiera particularmente furioso. Más bien a ratos parecen querer reflejar la parálisis que genera tanto horror: no te puedes angustiar o indignar más porque el estupor que genera que todo esto pueda estar sucediendo de manera impune es aún mayor. La nota de prensa del disco reza: “el sol poniéndose sobre lechos de ceniza / mientras nos sentábamos juntos, discutiendo. / al viejo orden mundial apenas le importaba. / este nuevo siglo será aún más cruel. / se acerca la guerra. / no te rindas. / elige un lado. / Aférrate. / ama”.
Como para reflejar este viaje del estupor a la parálisis, y los vanos intentos de encontrar algo de esperanza, los seis temas del disco se articulan en torno a una primera parte, formada por las tres primeras canciones, una canción bisagra y las dos finales. La primera, ‘SUN IS A HOLE SUN IS VAPORS’, funciona como una introducción. Es expansiva y arenosa gracias al sonido que consigue los platillos y la ganzá. Avanza expectante, sin cambios abruptos, para llevarnos a ‘BABYS IN A THUNDERCLOUD’, la segunda pista de más de 13 minutos. Es desértica. El viento sopla. Los platillos están en primer plano. Hay aire, aire. Hay un crescendo dramático, sostenido pero sin aspavientos, hasta que llega su épico final. Se mueve algo conmovedor en la guitarra y estremece cuando entra el violín cabalgando, ora suavizando las guitarras y la batería marcial.
Hasta este momento, el material es paradójicamente muy poco denso. Tiene su continuidad en la tercera, ‘RAINDROPS CAST IN LEAD’, que también supera los 13 minutos. Juega con algo de épica progresiva, una épica que resulta ligera, a pesar de la pesadez de la batería, gracias a la melodía que dibujan las guitarras. Las palabras de Michele Fiedler Fuentes, hablando de asesinados en alguna represión violenta, ejerce de puente a una segunda parte dominada por el violín, algo western de entrada, que de repente se acelera y llega a terrenos de la Velvet Underground.
Luego la breve y fúnebre ‘BROKEN SPIRES AT DEAD KAPITAL’ nos lleva a las dos canciones finales. ‘PALE SPECTATOR TAKES PHOTOGRAPHS’ es larga y ominosa. Hay una línea amenazante construida con el violín, la guitarra y la batería. De vez en cuando se eleva el nivel de intimidación un buen rato, hasta que se exaspera, sube el malestar y la ira deja paso a la congoja. Hay campanas sonando como alarmas anti áreas, el bombo resonando, los violines también suenan amenazadores… Y la última, ‘GREY RUBBLE – GREEN SHOOTS’ ya es dramática, oscura. Suena a casi rendición, aunque brille algún fugaz destello de esperanza.
Puede parecer que Godspeed You! Black Emperor hacen siempre el mismo disco. Pero no. Porque un grupo como Godspeed You! Black Emperor es necesario. Insobornables a las modas, siempre denuncian lo peor del ser humano. Su música es para meterse dentro de uno mismo y reflexionar, incluso cuando solo tenemos la escucha y no tengamos el impacto visual de las imágenes que les acompañan en directo. Ante una actualidad que demanda respuestas fáciles y rápidas, Godspeed You! Black Emperor te demandan que actúes tú mismo.