El nuevo disco de Love of Lesbian -el décimo ya- es un homenaje a sí mismos. En concreto, es una celebración de su amistad y de ‘La hermandad’ -así se titula uno de los cortes- que Santi, Oriol, Jordi y Julián comparten desde hace muchos años. La misma amistad en torno a la cual se ha configurado su banda. ‘Ejército de salvación’ no es una reinvención, ni tampoco un descalabro, sino una constatación de que Love of Lesbian siguen aquí, como si fueran tus amigos, tal y como los recuerdas.
Y a tus amigos les quieres con sus virtudes y defectos. ‘Ejército de salvación’ es otra razón para amar y odiar a Love of Lesbian, ahora que ellos mismos reconocen sentirse “odiables” de vez en cuando. A Santi Balmes y compañía les han vuelto a salir muy buenas canciones solo lastradas por una línea lírica que se lanza de cabeza a la piscina de la vergüenza ajena, por usar una expresión que el propio Balmes podría haber escrito.
Balmes, que es escritor, tiene un público, pero desde luego escucharle cantar según qué expresiones no siempre da el resultado esperado. ‘Una conversación pendiente’, por temática, una de las pistas clave de ‘Ejército de salvación’, está llena de frases que no hay por dónde cogerlas. “A veces tú, a veces yo, a ver si tú, a ver si yo, poniendo modo avión nos estrellamos” es la que tiene más delito, pero no la única.
El “problema” es que, por cada “no eres tan imbécil” que canta Balmes, el grupo cuela una buena melodía que te calla la boca. En ‘La herida’ con Jorge Drexler, una de las cinco colaboraciones que incluye el álbum, Balmes se pregunta “quién es ahora el empleado del mes en tu vida”, utilizando otra de esas extrañas combinaciones entre lo formal y lo emocional que tanto le gustan. La frase incomoda, pero la melodía vuelve a ser un caramelo y la canción, que incorpora un acorde de piano de inspiración disco, vuelve a estar arreglada con sumo gusto. Y así, todo el álbum.
No vale la pena desgranar cada una de las frases de Santi Balmes que llaman la atención en ‘Ejército de salvación’. Ocurrencias como “1 a 0 contra la soledad”, “ye-ye-llévame a la mierda y si es de la mano, mejor”, “me la suda vivir” o, atención, “yendo por la calle me metí un buen piño y se me vieron las bragas”, volverán a ser apreciadas por sus fans y denostadas por sus estorninos, como ha ocurrido siempre. Y, en el peor de los casos, opacarán otras frases mejores, como esa graciosa mención a los guiris de Barcelona en ‘Contradicción’.
Es mejor quedarse con las canciones, y Love of Lesbian siguen siendo unos hachas componiendo melodías adhesivas y canciones edificantes que te ayudan a escapar un poco de los sinsabores del día a día. El fondo de ‘Ejército de salvación’ vuelve a ser un pop-rock con sintetizadores agradable y convencionalillo, pero efectivo al fin y al cabo para lo que nos quiere contar la banda y cómo nos lo cuenta, y diferenciado siempre por la inclinación épica de las canciones hacia aquello que ellos llamaron una vez «pop progresivo».
Vuelven a estar apañadas pistas como la inicial ‘Canción de emergencias’ o la mencionada ‘La herida’. Las colaboraciones son mejores en el contrapunto femenino. Especialmente Amaral están muy bien aprovechados en ‘Qué vas a saber’, una canción dedicada a una decepción amistosa que acaba en reconciliación y, por tanto, acaba también bien arriba; y Rigoberta Bandini se queda con el single más importante de esta era y directamente con la mejor canción, ‘Contradicción’, otra de esas composiciones épicas de Love of Lesbian tan edificantes que el componente coloquial de la letra pasa a un segundo plano (menos cuando cantan eso de “llévame a la mierda”).
La joya de ‘Ejército de salvación’ se llama ‘Tesis’, es una colaboración con Zahara y es otra de esas canciones de Love of Lesbian que se componen de dos partes diferenciadas. En este caso, la segunda parte, especialmente en su precioso inicio instrumental, sirve para aliviar el dolor expresado en la letra (la de “me la suda vivir”). No funcionan tan bien los casi siete minutos de la pista inicial, que no se conforma con ser una balada de inspiración setentera, sino que tiene que ir a lo épico, como todas las canciones de Love of Lesbian. No quiere ser diferente.
Entre los tropiezos que se da este ejército de salvación en este viaje de casi una hora de duración, el stomper folk-pop de ‘La hermandad’ es tan sutil como promete su letra, y la canción de los piños y las bragas, una colaboración con Leiva desarrollada por WhatsApp, contiene el estribillo “juro que ahora sí gano la Champions y el Mundial”, de nuevo, generando cringe con una mezcla imposible de imaginarios. Una mezcla absolutamente deliberada, por supuesto. Aunque para deliberada la copia de ‘El día que Starman huyó’ a ‘The Winner Takes it All’ de ABBA. Algo disimulada, eso sí.