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‘Gladiator II’: la misma tribu, el mismo entierro, el mismo difunto

Ridley Scott hizo muchas cosas en el año 2000. Le dio material a todos los entrenadores deportivos para motivar a sus equipos antes de los partidos. Animó a muchas personas a seguir adelante en momentos difíciles con el viaje del héroe de Máximo Meridio ayudado por simbolismos a cámara lenta y la música de Zimmer. Y, por qué no decirlo, con aquello de “fuerza y honor” también consiguió sin pretenderlo muchos fans entre ese colectivo que adora a cierto pintor austríaco. Porque, en el año 2000, Ridley Scott estrenó la estupenda ‘Gladiator’, que se alzó con 5 Oscar, incluidos mejor película y mejor actor, y cuyo impacto fue tal que en junio de ese año ya se estaba hablando de una secuela. Lo cual es un poco cómico, porque esa secuela ha llegado veinticuatro años después.

Estaba la duda de cómo continuar la historia original. ¿Algo completamente independiente que expandiera el universo de la original? Quizás habría sido más arriesgado, quizás habría sido considerado un sacrilegio, y quizás también habría resultado en una mejor película. Porque esta secuela va a lo seguro, hasta el punto de que bien podría llamarse «Gladiator II: ¡Más gladiador que nunca!». Le falta resucitar al personaje de Russell Crowe, porque plantea una historia muy parecida, conecta directamente con la primera parte (no diremos cómo por no hacer spoiler, aunque es bastante obvio), e incluso repiten personajes de aquella, como los encarnados por Connie Nielsen y Derek Jacobi.

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‘Gladiator II’ comienza cuando el general Acacio invade Numidia, esclavizando a supervivientes como Hanno, quien jura venganza por el asesinato de su esposa, y comienza a planearla al ser comprado por Macrinus.

Se está hablando mucho sobre si Paul Mescal y Pedro Pascal tienen el carisma suficiente para sostener esto, sobre si Mescal es «simplemente» un buen actor al que quieren convertir en una estrella de Hollywood. Pero no van por ahí los tiros. Si ‘Gladiator II’ no es buena es por un guión (de David Scarpa basado en la historia que escribió con Peter Craig) pretendidamente serio en el “qué” pero no en el “cómo”, sin interés en las motivaciones de sus personajes, y que encima se las tiene que ver con un director en modo disfrutón* (*no lo suficiente, como le pasó en ‘La Casa Gucci’) y con un montaje donde ha habido una hora y media de tijeretazos. Por eso, ‘Gladiator II’ funciona mejor cuando menos nos la tomamos en serio, y cuando menos se toma en serio.

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Es en las naumaquias con tiburones donde muchos pondrán los ojos en blanco, pero, si te abandonas a lo que el bueno de Ridley está haciendo, no te queda otra que aplaudir. O en el momento rinocerontes, que parece aquello un crossover entre ‘Gladiator’, ‘Jumanji’ y ‘Mad Max‘. O en Denzel Washington pasándoselo en grande, y el queer coding de los villanos. O, por supuesto, en Joseph Quinn y Fred Hechinger (te sonarán de ‘Stranger Things‘ y ‘The White Lotus‘ respectivamente) llevando a los emperadores Gala y Caracalla a un cruce entre Calígula y un twink malvado de Ryan Murphy. Lo desaprovechados que están es, de hecho, un perfecto ejemplo de cómo Ridley Scott no termina de abrazar el circo que haría mucho mejor una película cuyo tono realmente no pretende ser cómico. Ni siquiera en los guiños a la original donde falta que los personajes rompan la cuarta pared y digan “jeje, ¿lo pilláis?”.

En lugar de eso, tenemos tres o cuatro pelis a la vez, con muchas historias que no llegan a tener consistencia y que contienen mil agujeros de guión, sobre todo en la parte final. La trascendentalidad de ‘Gladiator II’ juega en su contra, al contrario de lo que ocurría en la primera, por mucho que quiera replicar lo que funcionó ahí. Y es que, si no la tomas muy en serio, ‘Gladiator II’ sí que funciona como un blockbuster entretenidísimo, aunque esté lejos de la calidad de la primera. Y ojo, porque Ridley Scott dice estar escribiendo una tercera parte, con “una idea que siempre ha tenido, basada en ‘El Padrino II’”. Di que sí, Ridley.

Ridley Scott hizo muchas cosas en el año 2000. Le dio material a todos los entrenadores deportivos para motivar a sus equipos antes de los partidos. Animó a muchas personas a seguir adelante en momentos difíciles con el viaje del héroe de Máximo Meridio...'Gladiator II': la misma tribu, el mismo entierro, el mismo difunto