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‘Mickey 17’: Bong Joon-ho tropieza en su blockbuster hollywoodiense

Bong Joon-ho, dueño de una filmografía coherente y sólida, se ha movido siempre entre el thriller y la ciencia ficción, con un peculiar estilo comiquero que ha ido ganando más y más adeptos con el paso de los años. Tras el abrumador éxito de ‘Parásitos’ (Palma de Oro, Oscar a Mejor Película), el mundo entero tenía los ojos puestos en el cineasta coreano.

Seis años después, su nueva película, de producción estadounidense, continúa esa senda llevándonos a un futuro distópico en el que los humanos ya no quieren habitar La Tierra. Tal es la desesperación y la precariedad que se experimenta, que Mickey (Robert Pattinson) accede a ser un “prescindible” en otro planeta, es decir, un conejillo de indias de las altas esferas que está dispuesto a morir las veces que haga falta, ya que cada vez que lo haga, se someterá a un avanzado proceso de reimpresión donde volverá a ser la persona que era. El objetivo de la maquiavélica empresa es doble: experimentar con una futura inmortalidad y colonizar el nuevo territorio, habitado por peligrosísimos gusanos peludos.

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Este mundo desesperanzado, liderado por un esperpéntico magnate (Mark Ruffalo) y su esposa (Toni Collette), conecta directamente con las ansias de poder y ambición sin escrúpulos de Donald Trump y su amigo Elon Musk. El problema no es solo que la sátira política que lanza Bong sea bastante burda, sino que nunca es realmente ácida, ni mucho menos lo divertida que pretende ser. El humor bobo y facilón aterriza en numerosas escenas que no necesitaban ese alivio cómico. Un síntoma evidente de que la película no sabe cuál es el tono que debe usar para contar esta historia.

Otro de los grandes lastres de la producción es su estructura dispersa y desorganizada, que tira por tierra cualquier indicio de intriga. Viniendo de un cineasta tan imaginativo y con un sentido del ritmo narrativo tan ágil como Bong, sorprende lo inerte que le ha salido este carísimo -unos 118 millones de dólares- experimento.

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El mensaje -bien subrayado- sobre la importancia de rechazar los sistemas que nos ven como simples números y reivindicar la humanidad por encima de lo artificial está muy bien, pero cuando para resolver esta larguísima odisea no hay mejor opción que recurrir a un deus ex machina, es que todo está construido sobre unos cimientos que no se sostienen.

Menos mal que Robert Pattinson está ahí aguantando como puede las inconsistencias de un guion tan limitado. Su entrega al papel y su carisma, consiguen dotar al protagonista de cierto encanto. Es lo mejor que tiene ‘Mickey 17’, una película que no funciona ni como crítica sociopolítica ni como entretenimiento palomitero.

Bong Joon-ho, dueño de una filmografía coherente y sólida, se ha movido siempre entre el thriller y la ciencia ficción, con un peculiar estilo comiquero que ha ido ganando más y más adeptos con el paso de los años. Tras el abrumador éxito de...'Mickey 17': Bong Joon-ho tropieza en su blockbuster hollywoodiense