Música

Garbage / Let All That We Imagine Be The Light

Garbage son uno de los grupos más cabreados con la deriva del mundo, en especial la de Estados Unidos. A este tema dedican la práctica totalidad de su octavo álbum, el más político de su carrera. ‘Let All That We Imagine Be The Light’ trata de sacar fuerzas para luchar aunque las condiciones sean adversas. El primer single ‘There’s No Future In Optimism‘ se sitúa en una «noche oscura» y «llena de terror», mientras el segundo ‘Get Out My Face AKA Bad Kitty’ nace de la idea de no poderse creer el modo en que se está persiguiendo a las mujeres en Estados Unidos en los últimos tiempos. Sin duda se refiere al insólito resurgir de un personaje como Trump.

El álbum trata de hacer una llamada a la resistencia, y este último sencillo, que contrapone a un tipo con «la polla grande» con la vocalista Shirley Manson, recuerda que «toda ola pasará».

El edadismo que ha sufrido Manson como mujer a punto de cumplir 59 años es un tema absolutamente primordial también en el álbum, pues las letras son tan explícitas como la de ‘Chinese Fire Horse’: «dices que mi tiempo se ha acabado, que me he hecho vieja, que ya no puedo dedicarme a esto (…) que debería retirarme». La edad aparece también en ‘Love to Give’, aunque en otro sentido: «Crees que soy egoísta, pero solo es que me he hecho mayor / no tengo tiempo para sus juegos / Siento mucho que no siento nada / y citar la Biblia no nos va a salvar».

A veces próximo al sonido de rock electrónico de su icónico debut

, pero no al de sus hits sino más bien al de temas perdidos como ‘As Heaven Is Wide’, ‘Let All That We Imagine Be The Light’ es el disco más feo de Garbage porque retrata un mundo más feo cada vez. No tenía por qué ser lo mismo, pero eventualmente también es el peor.

Aunque se agradecen las buenas intenciones y su implicación en el lado correcto de la historia, la repetición eterna de «Future, future, love, love, future» y de «if you’re ready for love» en la pista 1; y de «wait a minute, wait a fucking minute» en la pista 2, paradójicamente, no produce dos de sus canciones más pegadizas. También suenan exentas de garbo alguno ‘Love to Give’ y ‘Radical’, que al menos explica lo poco «radical» que suena porque su título es medio irónico: «no hay nada radical en salvar una vida», viene a decir un estribillo tan válido para Palestina como para el movimiento Black Lives Matter.

‘Have We Met (The Void)’ tiene una intro electrónica, suculenta, que durante unos segundos parece que va a llevar el disco por territorios excitantes… pero no. Las mejores pistas hay que rebuscarlas. ‘Hold’ es una de las canciones que mejor equilibra estrofas con un estribillo que le pegue; ‘Sisyphus’ sí logra cautivar gracias a una espléndida actuación vocal de Shirley Manson en conjunción con los teclados y la caja de ritmos; y ‘The Day That I Met God’ cierra el álbum con la dignidad de siempre, hablando con cierta sorna de una operación de cadera de la artista que le hizo reflexionar sobre la muerte. Shirley Manson «encuentra a Dios en el Tramadol», un analgésico. Desde luego no es que esperáramos que se asomara por ningún otro lado.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: garbage