No encontré ninguna peli de Charles Laughton en mi disco duro, sorry @perfect, pero siguiendo con mi renovado compromiso por el cine serio, hoy tocaba algo de cine social y de denuncia (que casualmente tenía esta portada) sobre la deshumanización y fascinación por la violencia de la juventud yankee. En este caso concreto de la era Reagan, una generación frustrada y con escasas perspectivas de futuro, aunque tristemente sigue siendo aplicable sin importar cuándo veas la película. La peli empieza con imágenes y audios de archivo de famosos asesinos en serie de la historia reciente de EEUU, para luego pasar a narrar el relato de ficción de dos manzanas podridas, dos chicos de instituto recién graduados y sin rumbo fijo que entran en una espiral de violencia y asesinatos: Maxwell Caulfield, el sociópata que quiere saber qué se siente al matar, y Charlie Sheen, su mejor amigo y de carácter más sensato (te das cuenta de que en la peli hay un error de casting cuando han cogido a Charlie Sheen para el papel de sensato). El hecho de que sea una historia de ficción hace que no tenga el mismo impacto que si hubiera sido un true crime y los personajes además tampoco son especialmente interesantes ni ricos en matices. Lo mejor de la cinta es que pervierte tus expectativas porque tiene el aspecto, personajes y escenarios típicos que hemos visto mil veces en las comedias de adolescentes de los 80, pero su desarrollo e intenciones son distintas, más cercanas a unos Asesinos Natos o una Maldita Generación.