Cosmo Jarvis hace de un tipo que viaja a una zona remota de la Irlanda rural tras la muerte de su tía, a la que nunca conoció, al menos que él recuerde. Era también el lugar donde nació su madre, y de alguna manera pretende conectar con sus raíces y descubrir un poco quién era ella. Al llegar, tiene un accidente de tráfico en el que muere un adolescente del pueblo. Otro adolescente, el que conducía el otro coche, sobrevive al choque y con él establece un ambiguo vínculo de amistad, culpa y deseo, como en "Crash" pero sin las marranadas. La película me ha gustado, aunque no acaba de desarrollar bien los temas que plantea, pero me ha parecido original. La directora tiene talento para lo visual y la creación de atmósferas y toma algunas decisiones en las que demuestra personalidad. Habrá que seguirle la pista.