Es de las pelis que más me han gustado de Sofia Coppola, lo cual no es decir mucho porque por lo general su cine me deja bastante frío, pero esta le ha quedado bien, con más sustancia de lo habitual; un buen complemento para la Elvis de Luhrmann del año pasado. Lo mejor son las interpretaciones, la banda sonora y que sabe transmitir bien cómo un cuento de hadas (que el cantante más famoso del mundo se enamore de ti) se desvanece y solo queda el desengaño, la infelicidad y un amor roto no precisamente de tanto usarlo. En el lado malo, un guion reiterativo durante toda la parte central y apresurado en el desenlace, que tienes que rellenar los huecos con lo que sabemos por la peli de Luhrmann. Y que estamos ante un biopic de una persona no particularmente interesante por sus acciones, sino en todo caso por la falta de ellas; un no-personaje que vive a la sombra de su pareja, completamente anulada por él. Durante buena parte de la película Priscilla no hace nada porque no se le permite hacer nada ni vivir su vida con libertad. Cierto es que, puestos a que te enjaulen, que sea en una jaula de oro. Y puestos a que te someta alguien, que tenga el físico de Jacob Elordi si no es mucho pedir, pero el retrato que hace la película del rey del rock no es precisamente amable: pedófilo, pastillero, infiel, manipulador, egoísta, machista... No sé si a los fans les habrá hecho gracia.