Se dijo: cuando el asalto de la fealdad se vuelva completamente insoportable, compraré en la floristerÃa un nomeolvides, un único nomeolvides, ese delgado tallo con una florecita azul en miniatura, saldré con él a la calle y lo sostendré delante de la cara con la vista fija en él para no ver más que ese único hermoso punto azul, para verlo como lo único que quiero conservar para mà y para mis ojos de un mundo al que he dejado de querer. Iré asà por las calles de ParÃs, la gente comenzará pronto a conocerme, los niños irán corriendo proto tras de mÃ, se reirán de mÃ, me tirarán cosas y todo ParÃs me llamará: la loca del nomeolvides...
(de La Inmortalidad)