En mi casa yo creo que crecimos con estigma de familia obrera y nunca nos hemos dejado mucho dinero en nada, ni cumples, ni Reyes (Papá Noel nunca existió, directamente); y aunque luego las cosas fueran a mejor, esa austeridad de la que hablaba antes se ha mantenido. La gente que se gasta pastizales en regalos de tres cifras siempre me ha parecido de otro planeta.