La historia de @jinks me ha recordado una cosa, en navidades, ya habiendo comprado los regalos, decidí comprarme una serie de cosas que sabía que nadie me iba a regalar; cuando la dependienta me preguntó si me lo envolvía, le dije que no, que era para mi. Me miro con una cara de pena increible, eso sí, yo le mantuve la mirada todo el rato. La ruvia era ella en este caso.