Sant Jordi se ha convertido en el día del consumismo de rosas y libros, impersonal y mecanicista. Los escritores esperan a este día para publicar sus libros y así sólo vender, sin pensar en la calidad de su obra. Las rosas están extinguiéndose gracias a la compraventa masiva instigada por las grandes multinacionales y lobbies, que nos están oprimiendo y obligándonos a someterse a ellos y ser como marionetas sin criterio.