Yo ya hace unos años que, a según qué conciertos ya no voy a pista, por ejemplo, Lady Gaga, Madonna... Pero más que nada, es por una cuestión de aguante... La gracia de ir a pista (sin pagar una millonada por un golden circle) es poder estar en las primeras filas, lo cual implica ir a hacer cola 2-3 horas antes de la apertura de puertas, más luego otras 2 horas hasta que empieza el concierto, más las 2 horas de concierto... implica estarte 7-8 horas de pie, sin moverte para no perder el sitio y a mis 44, mis piernas y mi espalda ya no aguantan eso.
Lo que está genial de pista, como dice @Felipe JiRo es la energía que se vive. Cada vez que el/la artista se acerca a la zona en la que estás se desata la locura y eso mola mucho. Compensas la pérdida de algunos detalles del montaje por sentir esa energía y esa emoción de la cercanía.
Desde hace unos años, a este tipo de conciertos, ya opto por grada, pero por un tema de comodidad. Además disfruto mucho de ver detalles del montaje y de la escenografía que desde pista no se ven (por ejemplo, si el suelo del escenario es de pantalla, en pista ni lo ves).
Ambas experiencias están bien y cada una tiene sus pros y sus contras.