Mercadona nos está llevando al sistema soviético. Se acabó el libre mercado, Mercadona decide lo que es bueno para nosotros. Hay cosas que están bien: el pan de nueces, las galletas imitación de Petit Ecoliér de LU (deliciosas), el atún y los lenguados congelados (muy socorrido cuando estás acostumbrado a comprar pescado que acaba de llegar del puerto y te envían a trabajar a un poblachón de La Mancha sin una pescadería decente a 200 km a la redonda), el queso cheddar, los productos de limpieza bosque verde (casi todos). También tenemos que agradecer los valencianos que promocionen productos de la tierra y los hagan llegar a todos los rincones de España: las rosquilletas (diferentes a los picos, por favor, mucho más buenas), la horchata (aunque la única decente es la congelada en vasitos). Lástima que no se hayan decidido a extender por todas sus tiendas los Meivel, una cosa parecida a los Huesitos pero mucho más buena, únicamente se pueden encontrar en Valencia.
Muy mal: el pescado "fresco", el queso fresco, las mayonesas, las leches de soja (ni una marca decente), la poca variedad en general que hace necesaria una excursión de vez en cuando al súper del Corte Inglés.