Aprobar un examen oral de francés (el idioma, que tenéis la mente un poco sucia) así por la patilla, y de forma totalmente inesperada.
Hacer después el examen escrito del mismo idioma, y ver que, con un poquito de suerte a lo mejor hasta he aprobado.
Más que nada, porque no me lo había ni preparado pensando presentarme en Septiembre y después descubrí que no había convocatoria en septiembre. Hay que ser burra, pero juro que es cierto...
** Esto también lo habría puesto en el hilo "Cosas que creías imposibles", pero he salido tan eufórica que me siento congratulada.