Genial. Por cierto, a mí también me encanta Nada. Bueno, allá voy, espero que no sea difícil.
Salí al rellano y me asomé a la barandilla, lo suficiente como para ver sin ser visto. Ella seguía subiendo la escalera, llegó a su piso, y la luz del rellano iluminó la mescolanza de colores de su pelo cortado a lo chico, con franjas leonadas, mechas de rubio albino y rubio amarillo. Era una noche calurosa, casi de verano, y ... llevaba un fresco vestido negro, sandalias negras, collar de perlas. Pese a su distinguida delgadez, tenía un aspecto casi tan saludable como un anuncio de cereales para el desayuno, una pulcritud de jabón al limón, una pueblerina intensificación del rosa en las mejillas. Tenía la boca grande, la nariz respingona. Unas gafas oscuras le ocultaban los ojos.
Aquel lugar no tenía nada de especial ni diferente, pero Padre exploró un poco y descubrió que la base de la alambrada no estaba bien sujeta al suelo, como en los otros sitios, y que al levantarla dejaba un hueco lo bastante grande para que una persona muy pequeña, quizá un niño, se colara por debajo. Entonces miró a lo lejos y poco a poco fue atando cabos, y notó que las piernas empezaban a fallarle, como si ya no pudieran sostener su cuerpo. Acabó sentándose en el suelo y adoptando casi la misma postura que Bruno había adoptado todas las tardes durante un año, aunque sin cruzar las piernas debajo del cuerpo.
Lo cierto era que, de niño, Sammy solamente había tenido un interés casual, como máximo, en Harry Houdini y sus hazañas legendarias. Sus grandes héroes habían sido Nikola Tesla, Louis Pasteur y Jack London. Sin embargo, hablar del papel de Houdini -y de su imaginación. en el nacimiento del Escapista, como en todas sus mejores invenciones, resultaba verosímil. Los sueños de Sam siempre habían sido houdinianos: eran los sueños de una crisálida forcejeando a ciegas en su capullo, enloquecida por su anhelo de luz y de aire.
"Él solo quería amar; al menos no pedía nada. Nada concreto. La vida, pensaba Michel, tenía que ser algo sencillo, algo que pudiera vivirse como un conjunto de pequeños ritos, indefinidamente repetidos. Ritos al fin y al cabo un poco estúpidos, pero en los que, en el fondo, se pudiera creer. Una vida sin apuestas y sin dramas. Pero la vida de los hombres no estaba organizada así."
Vale, con el escritor he dado, pero no me he leido ninguno de sus libros. Si te parece bien digo un título a tientas para ver si es. Archipielago Gulag
@kleefeld es que estamos condenados a ser enemigos intimos jajajaja la peli de visconti es de mis favoritas y el libro me parece tan enorme que lo suelo releer a menudo.
Barry lyndon no me lo he leido pero la pelicula me produjo tal sopor... es recordarla y entrarme sueño... y ese duelo en el palomar... puff zzzz zzz zzz
"En busca del tiempo perdido" de Marcel Proust. 1er volumen: "Por el camino de Swann". Es uno de mis libros preferidos ^_^ Y @caliope a mí también me pasa.
"Ante todo, el amor es una experiencia compartida por dos personas, pero esto no quiere decir que la experiencia sea la misma para las dos personas interesadas. Hay el amante y el amado, pero estos dos proceden de regiones distintas. Muchas veces la persona amada es sólo un estímulo para todo el amor dormido que se ha ido acumulando desde hace tiempo en el corazón del amante. Y de un modo u otro todo amante lo sabe. Siente en su alma que su amor es algo solitario. Conoce una nueva y extraña soledad, y este conocimiento le hace sufrir. Así que el amante apenas puede hacer una cosa: cobijar su amor en su corazón lo mejor posible; debe crearse un mundo interior completamente nuevo, un mundo intenso y extraño, completo en sí mismo. Y hay que añadir que este amante no tiene que ser necesariamente un joven que esté ahorrando para comprar un anillo de boda: este amante puede ser hombre, mujer, niño; en efecto, cualquier criatura humana sobre esta tierra. Pues bien, el amado también puede pertenecer a cualquier categoría. La persona más estrafalaria puede ser un estímulo para el amor. Un hombre puede ser un bisabuelo chocho y seguir amando a una muchacha desconocida que vio una tarde en las calles de Cheehaw dos décadas atrás. Un predicador puede amar a una mujer de la vida. El amado puede ser traicionero, astuto o tener malas costumbres. Sí, y el amante puede verlo tan claramente como los demás, pero sin que ello afecte en absoluto la evolución de su amor. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor turbulento, extravagante y hermoso como los lirios venenosos de la ciénaga. Un buen hombre puede ser el estímulo para un amor violento y degradado, y un loco tartamudo puede despertar en el alma de alguien un cariño tierno y sencillo. Por lo tanto, el valor y la calidad del amor están determinados únicamente por el propio amante. Por este motivo, la mayoría de nosotros preferimos amar que ser amados. Casi todo el mundo quiere ser el amante. Y la verdad a secas es que de un modo profundamente secreto, la condición de ser amado es, para muchos, intolerable. El amado teme y odia al amante, y con toda la razón. Pues el amante está tratando continuamente de desnudar al amado. El amante implora cualquier posible relación con el amado, incluso si esta experiencia sólo puede causarle dolor."
Autora estadounidense, sureña. Considerada la mejor de su generación, pero otros como Faulkner, Truman Capote o Harper Lee se llevaron la fama y la gloria.
turno de @gagarin, que escribió primero, y yo la cagué en el libro, y mira que precisamente ése es el único que me he leído de ella, que el que puse lo tengo todavía en lectura.
Comentarios
Salí al rellano y me asomé a la barandilla, lo suficiente como para ver sin ser visto. Ella seguía subiendo la escalera, llegó a su piso, y la luz del rellano iluminó la mescolanza de colores de su pelo cortado a lo chico, con franjas leonadas, mechas de rubio albino y rubio amarillo. Era una noche calurosa, casi de verano, y ... llevaba un fresco vestido negro, sandalias negras, collar de perlas. Pese a su distinguida delgadez, tenía un aspecto casi tan saludable como un anuncio de cereales para el desayuno, una pulcritud de jabón al limón, una pueblerina intensificación del rosa en las mejillas. Tenía la boca grande, la nariz respingona. Unas gafas oscuras le ocultaban los ojos.
Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie
Yo creo que sí, el corazón es un cazador solitario, diría yo completando la respuesta.