Necesitabamos tiempo para considerar qué significaba todo aquello, como íbamos a asumir y redefinir nuestro amor. De él aprendí que, a menudo, la contradicción es el camino más diáfano para llegar a la verdad.
Gracias, ha estado muy bien, quiero hacerme amsterdamesa.
"Su traje de baño, una sola pieza de un gris azulado, parecía demasiado corto para ser decente y cómodo. Tenía una mancha de grasa y un agujerito encima de la cadera, posible obra de una larva hambrienta de sebo. Olía a algodón húmedo, a pelo de axilas y a nenúfares, como la loca Ofelia."
Por algún tiempo se quedó esperando una respuesta de Él, pero no oyó ningún sonido, ni percibió ninguna señal. La respuesta estaba allí, frente a ella, aquel hombre clavado en una cruz. Él había cumplido su parte, y mostró al mundo que si cada cual cumpliese la suya, nadie más necesitaría sufrir. Porque ya había sufrido por todos los hombres que tuvieron el valor de luchar por sus sueños.
De camino a casa de Eva, convencí a papá de que pasáramos por el Three Tuns de Beckenham. Bajé del autobús y papá no tuvo más remedio que seguirme. El pub estaba abarrotado de chicos vestidos como yo que iban a mi escuela y a otras escuelas del barrio. La mayoría de ellos, de aspecto anodino durante el día, en aquel momento lucían cascadas de terciopelo y satén de colores vivos, y los había incluso engalanados con telas de colchas y cortinas. Aquellos modernos hablaban de Syd Barrett en su lenguaje iniciático. Tener un hermano mayor que viviera en Londres y trabajara en el campo de la moda, la música o la publicidad era una auténtica ventaja en la escuela. Yo, en cambio, no tenía más remedio que estudiarme el Melody Maker y el New Musical Express para estar al día.
Mi madre solía poner punto final al relato con una nota alegre, presumiendo de su destreza en el juego:
-Ganaba muchas veces, y tenía tanta suerte que las demás decían, en broma, que había aprendido los trucos de un ladrón muy hábil. Gané decenas de miles de yuan, pero no conseguí hacerme rica. En aquel tiempo el dinero no valía nada. Incluso el papel higiénico tenía más valor, y eso hacía que riéramos todavía más, pues nos decíamos que un billete de mil yuan ni siquiera servía para limpiarnos el culo.
Comentarios
"Su traje de baño, una sola pieza de un gris azulado, parecía demasiado corto para ser decente y cómodo. Tenía una mancha de grasa y un agujerito encima de la cadera, posible obra de una larva hambrienta de sebo. Olía a algodón húmedo, a pelo de axilas y a nenúfares, como la loca Ofelia."
Uno de mis libros favoritos de todos los tiempos.
Emigro a America?
Esta es la anterior.
y con esto me voy a la cama. Pistas mañana.
Libro de principio de los noventa. Autor sudamericano.
Venga, que no decaiga. Aunque es bastante conocido en españa, su lengua materna no es el castellano.
-Ganaba muchas veces, y tenía tanta suerte que las demás decían, en broma, que había aprendido los trucos de un ladrón muy hábil. Gané decenas de miles de yuan, pero no conseguí hacerme rica. En aquel tiempo el dinero no valía nada. Incluso el papel higiénico tenía más valor, y eso hacía que riéramos todavía más, pues nos decíamos que un billete de mil yuan ni siquiera servía para limpiarnos el culo.