Un disco caótico y deslavazado, en el que un montón de buenas canciones se pierden a veces entre tanto colaborador ilustre e interludio. Pero, al fin y al cabo, ¿no es eso lo que uno espera de la banda sonora de un mundo apocalíptico?
Un LP correcto y sin estridencias. Con la producción de Stephen Street (Blur, Morrissey, Cranberries) y las colaboraciones de Graham Coxon y Dot Allison, a las guitarras y voz respectivamente.