La música pop se supone que tiene la función de entreteneros, consolarnos cuando estamos tristes o levantarnos de la silla elevando al cubo nuestros momentos máximos de euforia... es decir, rejuvenecernos en cierta medida. Pero en ocasiones nos ha aportado más bien lo contrario.
Cada vez más cerca de sacar su segundo disco, Lorde sigue hablando de crecer y dejar atrás la adolescencia con una importancia que a muchos les resulta ridícula y, precisamente, inmadura, lo cual extienden a toda una generación.