Como sátira política, fábula antisistema y (manchega) distopía futurista, ‘Tiempo después’ no funciona del todo bien. La película de José Luis Cuerda funciona mucho mejor en su chorreo de humor absurdo, disparatado y poético.
Pasos en forma de falso documental, giros llenos de humor negro, saltos y caídas típicos de dramón familiar, codazos de sátira social, pausas para dirigirse al público y virtuosas piruetas de película deportiva.