Hay quien dice que los años hacen un poco más monárquico hasta al más republicano. Yo no estoy muy seguro, pero puede que ‘The Queen’ sea una película tan buena que me lo plantee. La nueva de Stephen Frears (‘Café irlandés’, ‘Alta fidelidad’, ‘Negocios ocultos’) recuerda los días en que la realeza británica recibió la noticia de la muerte de Lady Di y, tras la frialdad inicial, se vio obligada a mostrar sus condolencias ante un pueblo noqueado e indignado, que algunos veían a punto de formar una pequeña revolución republicana.
Helen Mirren: La actriz londinense interpreta a la Reina Isabel II, protagonista absoluta de la película. A Hollywood le encantan las caracterizaciones, así que su nombre suena fuerte para todos los premios de este año. A ella pertenecen casi todos los momentos estupendos, y no sólo por dicción o gesticulación, sino por su manera de transmitir lo doloroso y confuso que tiene que ser darte cuenta de que el pueblo no te quiere. Esperemos que Pe no se haya hecho muchas ilusiones con lo del Oscar.
Propaganda Real: ¿Cómo es posible que una de las monarquías más vilipendiadas, ridiculizadas y peor consideradas salga bien parada de una película? ¿Cómo es posible que Carlos de Inglaterra resulte simpático y la Reina Madre entrañable? The Queen, por mucho que pueda sorprender, es una película bastante imparcial. Sí, se ensalza a la realeza, pero el tema principal es mucho más interesante y emotivo: cómo la voluntad de la Reina no puede permanecer ajena a la voluntad del pueblo, cómo tiene que ceder ante ella a pesar de saberse elegida para su mandato por la voluntad de Dios (sic). La jerarquía Dios-Reina-Primer Ministro-Pueblo puede revolvernos más o menos las tripas, pero curiosamente la película a quien termina ensalzando es a la gente de la calle, que interpreta la muerte de Diana como la propia muerte de un familiar. Y eso sería en todo caso lo que podría indignarnos, no ‘The Queen’.
Además, hay algún guiño pro-republicano, como esa crítica que recibe la Reina por permanecer encerrada de cacería en su finca de miles de hectáreas mientras el pueblo llora a Lady Di, o esa escena absolutamente impagable en la que lee mensajes a las puertas del Buckingham Palace del palo de “Diana, la Reina lleva tu sangre en sus manos”.
Tony Blair: Podríamos pensar que Tony Blair, que parece tener toda la razón en todo momento, es el gran ganador de ‘The Queen’. Sin embargo, de una conversación final con Isabel II deducimos que a cada cerdo le llega su San Martín.
Cherie Blair: Es el gran desperdicio de la película. Aquella persona que, cual Milà Ximénez, llamó a Laura Bush «obtusa» en su libro, apenas aparece.
La casa Blair: Es lo peor de la película. Blair con una camiseta futbolera que pone «Blair», Blair fregando los platos, juguetes tirados por la casa, desorden, ausencia de servicio. No se entiende nada.
Guión y dirección: Más allá de la recreación de los escenarios y protocolos, obviamente fantástica, nunca pensé que pudiera emocionarme, que pudiera entretenerme una película con esta temática. Si lo consigue es por la agilidad de su guión o la capacidad de Stephen Frears para mostrarnos las capacidades de la Reina como mecánica o la timidez de Blair, cada cosa en su momento. Escalofriante esa escena en la que vemos a la Reina de Inglaterra llorando de espaldas. 8.