La 2 ha emitido esta noche ‘Frenesí en la gran ciudad’, un documental de dos horas de duración dirigido por Antonio Moreno y Alejandro Caballero sobre la Movida madrileña. Sólo un año después de los actos de 30 aniversario (aprox.), algunos verán innecesario otro reconocimiento de lo que ya está asumido por todos; mientras otros decidirán recordar de nuevo la que fue la década más completa para el pop español. Y es que sería interesante ver también un documental sobre el indie de los 90 o la escena actual, pero pocas décadas gozan de un movimiento artístico con un sentido tan global, tan de conjunto como los últimos 70 y los primeros 80, cuando convergieron la música, la pintura, la moda, el cine o el cómic, por supuesto vinculados a una situación social y política muy concreta.
El documental no ha presentado grandes sorpresas desde el punto de vista técnico, alternando entrevistas actuales con fragmentos de videoclips, actuaciones en la tele o imágenes de los que ya no están (Carlos Berlanga, Poch, Antonio Vega, Eduardo Benavente), sin apenas caprichos estilísticos ni nombres inesperados. Alaska, Radio Futura y El Zurdo han sido algunos de los principales protagonistas mientras otras bandas han protagonizado un injusto cameo, como Oviformia o Décima Víctima. Aunque nos sumergimos en arenas movedizas. A mí personalmente me puede parecer acertado el ninguneo sufrido por Mecano en el guión (han aparecido a la altura de Hombres G y La Unión), mientras a otros escandalizará el poco protagonismo de Tino Casal y el excesivo de Los Secretos y a Ariel Rot. ¡Hasta han salido Obús!
Sería maravilloso meternos, tantos años después, en una discusión sobre quién molaba más, si Aviador o Gabinete (para probablemente concluir que los dos). Nunca va a llover a gusto de todos en cuanto a la definición de lo que era la Movida, pero ‘Frenesí’ ha retratado con acierto esa falta de nexo común entre estos artistas. Jaime Urrutia ha aparecido alabando a The Cure y Joy Division, pero también su deseo de hacer canciones cercanas a nuestras calles (‘Camino Soria’, entre tanta laca importada, suena revolucionario); Alaska ha dicho que la creatividad no se ha acabado nunca en España «salvo para algunos que se han quedado en su casa» (estas declaraciones aparecen ampliadas en la web de RTVE); Ana Curra ha hablado de su formación clásica y Álvaro Urquijo de sus pocas ganas de disfrazarse.
El documental ha explicado bien el nacimiento de la cultura independiente, el temor de las grandes discográficas por los sellos pequeños tras su desprecio por el movimiento o (más o menos) cuáles eran las fuentes de información en una época en la que no había internet. Ha sido una gozada ver sucederse en la pequeña pantalla y en prime-time las portadas de aquellos discos de Lou Reed, Kraftwerk o Joy Division que llegaban a España a trancas y barrancas, pero la gran baza del documental ha sido ese archivo inabarcable de vídeos y actuaciones que tiene en su poder TVE y que no ha terminado nunca de salir a la luz. Si lo que has visto, a pesar de las dos horazas, te ha parecido un constante coitus interruptus, RTVE.es ha habilitado una web en la que pueden verse vídeos perdidísimos y completos, algunos no tan fáciles de encontrar. Están ‘La razón de la discordia’ de Décima Víctima, ‘Branquias bajo el agua’ de Derribos Arias, ‘La rebelión de los electrodomésticos’ de Pegamoides, ‘Amor en frío’ de Las Chinas o el impagable ‘Groenlandia’ de Zombies. Pasen y disfruten. El documental en sí se puede ver aquí. 7.