Nada Surf vinieron hace unas semanas para promocionar ‘The Stars Are Indifferent To Astronomy‘ y pudimos hablar en la casa de los padres de Daniel Lorca con Matthew Caws, cantante y guitarrista, sobre el cambio en el sonido de su último álbum y también sobre la primera etapa de la banda, entre otras cosas. Desde hoy realizan una gira por toda España que les llevará a Santiago (17 de febrero), Madrid (18 de febrero) y Barcelona (19 de febrero).
En comparación con ‘Lucky’, tengo la impresión de que ‘The Stars Are Indifferent To Astronomy’ es un disco más directo, con canciones más enérgicas y mayor distorsión en las guitarras. ¿Qué nos puedes contar sobre esta especie de vuelta a vuestros orígenes?
Durante los últimos años me he ido dando cuenta de que nos habíamos convertido en dos bandas diferentes: una en directo, con toda la energía que imprimimos en el local de ensayo, y otra en el estudio, en la que intentábamos rebajar esa energía. Instintivamente pensábamos que debíamos relajar la velocidad de las canciones a la hora de grabar, porque tal vez era demasiada, y era mejor tratar de conseguir algo más elegante. Cuando salió ‘If I Had A Hi-Fi’, dimos tres conciertos en Nueva York en los que tocamos canciones de ‘Lucky’, ‘Let Go’ y ‘The Weight Is A Gift’, lo que me dio la oportunidad de echar un vistazo a los tres discos. Pensé que ya habíamos hecho suficientes temas con ese sonido, que ya habíamos grabado en tres ocasiones el disco que pretendíamos en un principio. La intención ha sido juntar esas dos bandas, acabar las canciones en el local y grabarlas también en Nueva York, sin dejar que pase tiempo, para que sonasen frescas y directas, tal y como las ensayamos. En anteriores ocasiones hemos grabado fuera y el tiempo que pasa entre el último ensayo y la primera toma en un estudio de otra ciudad hace que tengas que empezar de nuevo y pienses demasiado las cosas. Esta vez, el proceso de grabación ha sido muy excitante, gracias también al trabajo de Chris Shaw, que sacaba unos sonidos impresionantes. En cinco días quedó todo listo.
Hablando del título del álbum y de la letra de ‘Clear Eye Clouded Mind’, ¿a qué viene esta relación entre el hombre y la naturaleza, entre las estrellas y la astronomía?
El título es una frase de mi padre, que es profesor de filosofía. La usaba para explicar a los estudiantes lo relativamente insignificantes que podemos llegar a ser en el mundo y lo presuntuosos que podemos llegar a ser como especie, decidiendo que el cambio climático no está teniendo lugar o que podemos dañar el planeta hasta un punto determinado. Un pájaro no sabe que lo hemos llamado pájaro y los planetas y las estrellas no saben que les hemos dado nombres. Al cantar sobre la naturaleza también intento cambiar el tipo de letras que escribo, que suelen ser personales y lo van a seguir siendo, pero no está de más echar una mirada al exterior para variar.
Como bien acabas de decir, muchas de tus letras son muy personales, tienen que ver con el amor. ¿Qué tipo de amor te inspira a la hora de escribir? ¿Antiguas relaciones? ¿Chicas que te han rechazado? ¿El amor por un hermano?
Mis errores con el amor es, por desgracia, lo que «inspira» o genera ideas. Nunca me tomo las relaciones a la ligera y siempre le doy muchas vueltas a todo lo que hago. Puede haber días en los que estoy de bajón y otros más alegres, pero también muestro el amor que siento por mi hijo, un amor puro, limpio. La bondad y el afecto entre padres e hijos o hermanos inspira mucho también.
¿Por qué decidisteis sacar un disco de versiones entre vuestros dos últimos discos de estudio?
Simplemente para tomarnos un descanso de la presión que conlleva acabar nuevas canciones. No suelo componer demasiado deprisa. A veces sí, pero normalmente me lleva cierto tiempo, me cuesta concentrarme y eso supone mucha presión. ‘If I Had A Hi-Fi’ fue una manera de mantenernos ocupados entre gira y gira, para mantener el motor en marcha y seguir activos sin tener que esperar a nuevas canciones. Además, teniendo cinco discos de estudio editados, creo que nos lo podíamos permitir, pero principalmente fue para pasárnoslo bien.
¿Y quién decidió las canciones que se iban a versionar?
Entre los tres, fue algo muy democrático. Lo que no queríamos hacer era mostrar lo que significa el rock and roll para nosotros haciendo versiones de nuestras canciones favoritas de todos los tiempos. También quisimos probar canciones que no conocíamos demasiado bien, como si fueran nuevas composiciones, en vez de hacer una versión de New Order o de The Clash, lo que habría sido muy aburrido. En este disco es también donde comenzó nuestra relación con Doug Gillard, que grabó muchas cosas interesantes que nos hicieron decidir traérnoslo con nosotros de gira. Gracias a sus guitarras, el disco es mucho más rockero también y sirvió de inspiración para el nuevo.
Otro tema que está muy presente en temas como ‘When I Was Young’ o ‘Teenage Dreams’ es la juventud, la niñez. ¿Echas de menos aquellos tiempos?
Sí, claro, hay muchas cosas que echo de menos. Cada vez que escucho ‘Maggie May’ de Rod Stewart me acuerdo de cuando me llegó a casa aquel single del club de discos de la RCA. Descubrir nueva música cuando eres un niño está lleno de misterio, es un disfrute inmenso. Entonces no había tantas preocupaciones y tu cerebro no está tan lleno de pensamientos, tiene que ir llenándose de vivencias. Eran tiempos mágicos.
Vuestra carrera está dividida en dos épocas: la primera con ‘Hi/Low’ y ‘The Proximity Effect’ y la segunda a partir de ‘Let Go’. ¿Os arrepentís de algo de vuestros primeros años?
Puede que algunas de las decisiones que tomamos no fueran las más acertadas. Para empezar, siempre quisimos fichar por un sello independiente, así que enviamos nuestras primeras canciones a Matador, Touch & Go y Merge, mis sellos favoritos. Nunca recibimos respuesta alguna y de repente recibimos una oferta de Elektra, frente a la cual dudamos en aceptar o no, pero como nadie más estaba interesado, dijimos que sí. Por lo menos ayudó a publicitar el grupo. Con el segundo disco nos dimos cuenta que el sello estaba interesado, pero no como nosotros hubiésemos deseado. Nos pedían cosas como por ejemplo incluir una versión en acústico de ‘Popular’ como cara B de algún single. Así que nos tomamos un descanso, en el que estuve trabajando en una tienda de discos. Fue algo bueno, porque con ‘Let Go’ fue como empezar de cero otra vez, volver a hacer un primer disco.
En ‘Jules and Jim’ pareces tratar los problemas de pareja. ¿En qué sentido es el protagonista de la canción Jules, Jim y Catherine?
Trata sobre un triángulo amoroso, básicamente. Nunca me he encontrado físicamente dentro de uno, pero sí emocionalmente en uno donde yo era uno de los dos chicos. Es curioso cómo llegué a entender los puntos de vista de las otras dos personas involucradas y ellas dos me entendían a mí también. No es que facilitase las cosas, pero te rompía el corazón llegar a identificarte de tal manera.
¿Cómo va a ser la gira? ¿Cuántos vais a estar sobre el escenario?
Vamos a estar nosotros tres con Doug durante toda la gira, pero en Europa seremos cinco junto con Martin de Calexico, quien ha girado en otras ocasiones con nosotros. Va a ser genial.
Foto: José del Río Noms.