La recientemente galardonada con los Emmy a mejor actor, actriz y serie dramática, ‘Homeland’, avanza por los primeros capítulos de la segunda temporada reafirmando con cada uno de ellos que se trata de una obra maestra de la ficción televisiva. Howard Gordon y Alex Gansa, conocidos por ser guionistas de series de culto como Expediente X coescriben junto a Gideon Raff esta adaptación americana de ‘Hatufim (Secuestrado)’, serie israelí creada por el propio Raff.

Estrenada su primera temporada, hace poco más de un año, y retomada la segunda el pasado 30 de septiembre, ya desde el principio fue aclamada unánimemente por la crítica: Una agente de la CIA (Carrie), con ciertos desórdenes mentales,  recibe el soplo de un contacto, durante una operación encubierta en Irak, advirtiendo que un prisionero americano se había unido a un grupo terrorista islámico. Pocos meses después, un soldado americano (Brody) es encontrado y rescatado después de pasar 8 años cautivo en Irak.

Con estas premisas iniciales se desarrolla toda la primera temporada, en un continuo tira y afloja entre personajes y espectador para descubrir si ese soldado que vuelve a su tierra entre vítores y alharacas es efectivamente un héroe de guerra o un traidor a su patria. Y es precisamente ese juego de ambigüedad, donde todos los personajes tienen algo que ocultar, el que ejerce de hilo conductor de toda la trama, en la que la protagonista hará todo lo necesario por demostrar a sus compañeros que hay un lobo debajo de la piel de cordero, como una Casandra contemporánea.

Es cierto que el tema Americanos buenos y salvadores de la paz y la libertad vs Musulmanes malvados y destructores del mundo civilizado está ya muy sobado, y también lo es que el formato  y temática de agencia antiterrorista de la serie tampoco inventa la pólvora. La genial ’24’ ya explotó esa gallina de los huevos de oro durante muchos años, consiguiendo pararnos el corazón varias veces cada capítulo con su acción trepidante. No obstante, no es ahí donde ‘Homeland’ gana sus bazas, sino en la maestría en el desarrollo de la trama y de los personajes y sus interrelaciones, con una perfectamente equilibrada presentación de sus planos profesionales –brillantes- y personales –miserables-, casi siempre en continuo conflicto.

Hasta el momento, la serie no ha hecho más que crecer, ofreciendo un comienzo de segunda temporada a la altura del final de la temporada anterior. Además, cuenta con el aliciente de presentar una Carrie especialmente interesante en su faceta más desvalida y vulnerable, que permite además a Claire Danes sacar todo su arsenal de artillería pesada interpretativa, justificando todos los premios que le han dado y los que le seguirán dando.

Calificación: 8/10
Destacamos: La interpretación de sus actores, especialmente de los personajes femeninos.
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Predictor: Deberían quedarse en tres temporadas a lo sumo, pero probablemente estirarán la trama hasta que el resultado sea grotesco.