Si hay algo peor para un artista que tener que lidiar con un segundo trabajo es enfrentarse a él sabiendo que, haga lo que haga, la losa de one hit wonder va a pesar más que la suma de todos los aciertos que pueda tener el disco en cuestión. Lo hemos visto de sobra con el notable ‘E·MO·TION’ de Carly Rae Jepsen. El caso de John Newman es todavía más sangrante porque después del éxito de ‘Love me Again’, el resto de singles de ‘Tribute’ no consiguieron ni de lejos el impacto de éste. Por muy bien que estuvieran, aquello fue una crónica de una muerte anunciada en la lista de ventas. Y no deja de ser injusto porque, con la perspectiva que da el tiempo, resulta casi imposible negar que ‘Tribute’ tenía otro hit mayúsculo: ‘Cheating’.
Centrándonos un poco más en el presente -¿quién se acuerda de un trabajo de hace dos años?- ‘Revolve’ supone, ya desde la primera escucha, una hostia en toda la cara a todos esos que ponen cara de oler mierda cada vez que escuchan el nombre de John Newman, a todos esos que no le han visto en alguno de sus divertidísimos directos. En serio, abrir un disco con la voz de Stringer Bell es algo muy serio. Continuar con ‘All my Heart’, ‘Something Special’ y ‘Lights Down’, también.
Me voy a detener un poco en ‘Something Special’ aunque sólo sea para dejar constancia de que cualquier cosa que diga no va a hacer justicia a este trallazo que mezcla a Calvin Harris con Earth Wind & Fire. Como en ‘Diana Ross & The Supremes join The Temptations’, lo que sale de ahí es un monstruo de 8 cabezas a cada cual más bailable. Si La Casa Azul se quedó a medio gas con ‘La Fiesta Universal’, ‘Something Special’ recoge el testigo y explota todas y cada una de las opciones que Milkyway planteaba. Como la discográfica no sea capaz de colocar esto en todas las listas de éxitos a nivel mundial perderé toda la fe en el mainstream.
El único problema que se puede achacar a ‘Revolve’ es que Newman es plenamente consciente de por qué logró más de 120 millones de streamings con ‘Love me Again’ y no consiguió acercarse ni de lejos a esta cantidad con los singles posteriores. A piñón fijo, el de Settle aplica su fórmula de estribillos rebosantes de coros y metales hasta unos niveles tan exagerados que cuando terminas de escuchar el disco es complicado no confundir las canciones entre sí. De hecho, yo he estado día y medio cantando un medley involuntario de ‘Something Special’ y ‘Tiring Game’. En realidad, tampoco es que sea un problema si las canciones son buenas y en este caso lo son. ‘Called it Off’, por ejemplo, es una locura groovy con un bajo funk y unos coros absolutamente irresistibles.
Atrás ha quedado ya el regusto barato de northern soul con el que nos intentaron colar a un Newman que ahora parece obsesionado con dar al público lo que éste quiere a pesar de repetirse. De lo que se trata es de luchar desesperadamente por salvar el escollo de ser un artista de un sólo éxito y abrazar el pop y los himnos bailables cueste lo que cueste. Ahora, si lo va hacer con pepinos como los que incluye ‘Revolve’, que cuente conmigo; no todo va a ser credibilidad y autenticidad. Con un disco así bajo el brazo, un concierto de este hombre puede ser un jolgorio en toda regla.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Something Special’, ‘Called it Off’, ‘Lights Down’, ‘All my heart’ y ‘Tiring Game’.
Te gustará si te gusta: bailar sin sentimiento de culpa.
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