1. Los poseídos suelen ser personas religiosas y, por lo tanto, su familia no aceptaría para nada que se dedicaran al espectáculo. ¿Qué padre estaría orgulloso, así, de buenas a primeras, de que su hijo se ponga peluca y cante canciones de mujer? Pues pocos. Claro, que existe una excepción con la película de ‘El exorcista’, donde la madre de la niña poseída es actriz. Tranquilos que tiene explicación. De madres famosas salen siempre hijas trastornadas, valga como ejemplo las mundialmente conocidas travestis Terelu, Liza Minelli o Julio José Iglesias. Hay que entender que para ellas es difícil saber que nunca igualarán a sus madres, por lo que esa frustración les obliga a comportarse de forma rara para llamar la atención. Ejemplos: se mean encima (actitud punk de Pink), se masturban con crucifijos (si lo hace Madonna, lo hago yo) e incluso hablan en lenguas raras diciendo cosas sin sentido (Déjamelo como Grace Jones!!!!, Delante Tuya!!!!, Como un Flash!!!!!, Te voy a poner poca base!!!!, Con un torno!!!! I Try To Be Like Grace Kelly!!!)

2. Ante esta situación de posesión-vocación artística, la familia decide llamar a un cura para sanar a la persona sacándole al diablo de su cuerpo. Es evidente que el cura representa a la derecha rancia que busca por todos los medios evitar que haya un travesti en la familia. Por eso, cuando llega el Padre de turno, lo primero que hace la poseída travesti es vomitar verde. Pero oye, no porque le dé asco el tío, que también, sino porque la han despertado un sábado con toda la resaca del Ocho y medio. Y es que está demostrado que el 80% de los casos de travestismo se inician en ese local, una consagrada plataforma de lanzamiento para futuras cantantes del sello Susurrando. Ese madrugón obligado provocado por el cura también explica ciertos cambios drásticos en el aspecto físico del poseído: pelo sucio y revuelto del humo tabacal, mala respiración por fumar dos paquetes de Camel Light en tres horas, ojeras de haber dormido 85 minutos escasos, cortes en la cara y en el cuerpo producto de la típica insoportable que baila como una epiléptica y te deja magullado en la pista, llagas en las manos que son quemaduras de cigarro, etc… Vamos, que la familia quiere un ritual de exorcismo pero con dejar dormir a la travesti ocho horas seguidas bastaría. Luego se extrañarán de que blasfeme. Yo blasfemaría mucho si mi madre me despertara un sábado.

3. Pero, ¿qué pasa con las contorsiones y los giros de cabeza? ¡Ay, señor cura, antes mi niño no era así! Familia, ¡es normal! Ahora lo que se lleva es imitar las coreografías de tus cantantes favoritos. No hay diversión sin coreografía. Y vale, hace un año todo el mundo imitaba el ‘Hung Up’ de Madonna, pero ahora son los Cansei de ser Sexy o los Ok Go!. Da lo mismo. Quiten la MTV y rompan los discos de su familiar. Lo que sea. Pero no tiren agua bendita a la víctima, que está muy fría y tenemos sequía.

4. Los poseídos tienden a descuidar su aspecto. Cosas de tener al diablo dentro, que es un guarro. No se suelen cambiar mucho de ropa y llevan prendas muy raras encima, la mayoría rotas. Este look de nuevo demuestra que la posesión es sinónimo de fashionista. No había más que darse una vuelta por el Plan Travesti o por el Bershka para comprobar que todos los jóvenes de hoy visten por el estilo. Bueno, los jóvenes, Ana Obregón y Josele Román. Señores, hay que aceptar el nuevo vestuario de los hijos. Piensen que en dos años todos serán al fin aburridos oficinistas.

5. En la habitación de los posesos huele mal, como a azufre. ¿Es el aroma del infierno? Nada más lejos de la realidad. Si quieren descubrir el origen de ese olor en casa no tienen nada más que salir una noche entera llevando prendas de Lycra, la fibra favorita de todo travesti que se precie. Deje macerar esa ropa con algo de alcohol derramado y un poco de humo de cigarro y ya tienen la solución. Adiós a los crucifijos absurdos y las oraciones en latín. El OUST es lo único que no cubre los olores, los elimina.

6. Los poseídos, es por todos sabido, levitan cuando oyen oraciones. ¿Llamamos a Iker Jiménez? Pues no, ya que en realidad lo que les pasa es que se han tomado alguna droga y les parece estar escuchando de nuevo a Madonna cantando el ‘Like A Prayer’, el ‘Like a Virgin’ o ‘Isaac’. Demasiado evidente.

7. Los poseídos manifiestan varias personalidades, afirman tener diferentes demonios alojados en su cuerpo. Esto en realidad es una metáfora de los travestis y sus playbacks imitando a las reinas del pop. De hecho, eres muy poseído cuando dices tener dentro a Satanás (Madonna), también conocido como Lucifer (Esther). Belcebú (la Ciccone) o Luzbel (La Rubia Hija de Puta). Es justo aclarar que el cuerpo de un poseído es algo así como el Marina d´Or del infierno, así que además de tener a Madonna es normal que a la vez te posean demonios menores como Björk, Kylie, Britney, Lilly Allen o Merche.

8. ¿Se han dado cuenta de que los poseídos sacan mucho la lengua? Pues no es porque estén haciendo burla a nadie, sino que es tradición y norma en los travestis hacerlo para controlar que no se corra el pintalabios. ¿Que también rehúsan el contacto físico? Claro, ¿cómo van a dar besos en la cara y estropear las dos horas de maquillaje por una piel grasa como la tuya?

9. Dicen que los poseídos se sienten atraídos por el sexo oscuro y sucio. Como los travestis por los osos. Anda que no.

10. Al final los poseídos siempre ven la luz y llega el fin de su suplicio. No es un milagro sino que han conocido a Alaska. Esta es la gran verdad: Fangoria es el Dios de los travestis. Y no los redime. Qué va. Se los lleva de gira, que es más divertido.