La procedencia de Iván y Eva de Juniper Moon está clara en el espíritu power-pop de muchas de las canciones de ‘Bucles infinitos’, siempre enriquecidas por el universo personal del grupo. A veces es gracias a los teclados que redondean una canción, como es el caso de ‘Nadie se dará cuenta’, cuyo final es de los de escuchar en «bucle infinito»; mientras ‘Protagonista central’ demuestra que se puede hacer un ‘Digan lo que digan’, un ‘A quién le importa’, un ‘It’s A Sin’, dentro de su género, sin resultar megapetardo.
El «qué dirán», esa necesidad continua de autoafirmarse tan Milkyway, tan Fresones, tan inherente a este tipo de pop (hasta Mano de santo cantaron ‘Nos insultan’) vuelve a aparecer en ‘Nada nos va a importar’, lo que te hace pensar que Linda Guilala tienen mucho de la edad dorada del indie español, la época en que aún se escribían cartas a mano y te sabías de memoria el código postal del pueblo de tu novio. En ese sentido funciona el amor prohibido adolescente de ‘Torremolinos’ o el descubrimiento de que la electrónica va muy bien a este tipo de música (‘Mis ideas son’).
Puede que el disco acuse al final cierta linealidad en las melodías y en las letras, pero como en el caso del ‘Romancero’ de La Bien Querida, terminarás siendo fan de la pista más inesperada, se te pegará ‘Saber perder’, descubrirás que ‘Sexta dimensión’ mola mucho más de lo que parece en la primera escucha, etcétera.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Nadie se dará cuenta’, ‘Protagonista central’, ‘Sexta dimensión’
Te gustará si te gustan: Klaus & Kinski, TCR, el pop indie de los 90
Escúchalo: entero en MySpace, en la web de Elefant.