CANT no debería ser presentado como un telonero (aunque la humildad de Chris Taylor no le permita otra cosa) porque por duración, y otros aspectos que serán detallados a continuación, igualó e incluso superó al cabeza de cartel de esa noche. Un tímido Taylor subió al escenario acompañado de un teclista, un batería y un bajista, y lo que vino después obligó al público a tener puestos los cinco sentidos. El concierto se abrió con ‘Too Late Too Far’, primer corte de ‘Dreams Come True‘, un álbum que se reafirma en directo gracias al apoyo de los otros tres músicos.
El aforo de la sala no estaba aún lleno por eso quizá se permitieron expulsar humo de un “megatrón”, insignia del lugar en el que se celebraba la velada. El efecto dotó de aún más magia a la propuesta del proyecto del Grizzly Bear, que en temas como ‘Believe’ mostraba un gran aprecio por la electrónica más pura, aunque la tarea de su guitarrista, con el que intercambiaba ocasionalmente el bajo, resultara imprescindible. Riffs de funk enlazaban las canciones hasta llegar a ‘Bang’ y ‘Dreams Come True’, que cobra una fuerza colosal en vivo. La recta final del concierto se caracterizó por ser más íntima gracias a la sutil labor de los teclados, muy destacable en ‘Answer’ y, sobre todo, en la última canción, ‘The Edge’. CANT se despidieron de un público un tanto reservado, que parecía ansioso por ver a Washed Out. 7,7.
Las personas que tuvieron la oportunidad de ver a Washed Out el pasado mes de agosto, estarán de acuerdo conmigo en que el show no difiere mucho de lo presenciado hace tres meses. Ernest Greene y los suyos salieron con toda la cacharrería (tabletas digitales incluidas) al escenario y, quince minutos después, dieron comienzo a su recital. Entre los primeros temas destacaron ‘Echoes’ y ‘You and I’, del aún reciente ‘Within and Without‘, e incluyeron algún nuevo tema, aún sin nombre. y para terminar la primera tanda de canciones, tocaron una que según el propio Ernest aún no tiene ningún título. Para entonces, Washed Out habían pedido aplausos al público en un total de tres ocasiones, algo no muy digno, en mi opinión, para una banda que cuenta con su reconocimiento.
Tras una coreada ‘Belong’ tildada por el propio vocalista como una “jam de reggae” (aunque lo único reggae que hay en esta banda son las rastas de uno de los teclistas), llegó el turno de los hits: ‘New Theory’ gana en directo, ‘Amor Fati’ (Top 1 en JNSP) transmite esas «buenas sensaciones» que afirmó el propio Greene y ‘Feel It All Around’ mostró que el bajista cumple una labor esencial en la banda. Cerraron el set con ‘You’ll See It’, y antes del bis llegó un necesario respiro en una velada en la que era fácil sentirse en una feria por dos excesos: el de calor y el de teclados.
Sorprendieron abriendo los bises con ‘Wicked Game’, una versión del popular tema de Chris Isaak que distó considerablemente del original, y cerrándolos inmediatamente después con ‘Eyes Be Closed‘, apenas 40 minutos después del inicio. Para entonces la bochornosa petición de aplausos ascendía ya a seis ocasiones. Y si bien es cierto que el grupo parece más cómodo en un escenario más grande, en el que tienen mayor capacidad de maniobra, la propuesta acabó resultando algo anodina. 6.