En la industria musical o vendes o logras estatus de culto y lo mejor en el caso de Crystal Castles es que han conseguido lo segundo sin en ningún momento haber tenido la más mínima intención de lograr lo primero, gracias a un sonido fundado en el electro que retorcía demoníacamente varios estilos del pasado como el punk, la nu rave o el chiptune para convertirlo en algo tan atractivo como original. Decimos adiós, pues, a un sonido único que ha logrado trascender géneros y generaciones, el cautivador sonido de Crystal Castles.
Encontramos el origen de la banda en la grabación de un ensayo de Alice Glass realizada en secreto por el ingeniero de sonido que se encontraba en ese preciso momento en el estudio. Es la misma grabación, correspondiente al tema ‘Alice Practice’, que Ethan Kath subió poco después a la cuenta de MySpace de Crystal Castles junto a otros temas como ‘Untrust Us’ y lo mejor de todo es que cuando el dúo comenzó a recibir una atención importante por parte de varios sellos discográficos, Alice Glass todavía no formaba parte del grupo. De hecho, Crystal Castles todavía no era un grupo y Glass llevaba tiempo sin hablar con Kath desde aquella primera sesión. Glass encontró el éxito antes incluso de empezar a buscarlo. Será su carisma, será el gélido a la par que frankensteiniano sonido de Kath, pero cuando Crystal Castles publicaron su álbum debut en 2008 algo hizo clic y el grupo era ya un icono.
Mucho ha llovido desde entonces, y eso que, en 10 años de historia, Crystal Castles han publicado tan solo tres discos de estudio. Pero qué tres discos de estudio. Una trilogía lo suficientemente impactante (que no perfecta) como para haber dejado una huella importante en el pequeño hueco que ocupa el dúo ya en la historia del pop. Inolvidables conciertos para la posteridad, entre formidables y terribles (y parece que no hay término medio), clásicos como ‘Untrust Us’, ‘Celestica’, ‘Crimewave’ con HEALTH, ‘Baptism’, ‘Doe Deer’, ‘Plague’ o, por supuesto, ese ‘Not In Love‘ junto a un Robert Smith de The Cure al que no le pudo sentar mejor la unión con el dúo; y, sobre todo, el legado de un estilo icónico tan adorado por fans y respetado por oyentes ocasionales como denostado por quienes a día de hoy siguen convencidos de que la respuesta a nuestro «Revelación o timo
» sobre el grupo era «timo». ¿Pero qué estrella no tiene «haters»?Quizás lo más lamentable de la separación de Crystal Castles es que se produce justo en el momento que el grupo tenía un mensaje claro e importante que compartir con el mundo. En las entrevistas promocionales de ‘III‘ Glass no se cortaba un pelo en sus opiniones sobre el deplorable estado del mundo actual. «La pureza es una ilusión», declaraba en relación a este concepto en su charla con Pitchfork. «La idea de pureza se ha empleado como excusa para calamidades como los asesinatos de honor, la quema de mujeres o el abuso infantil». Glass concluía tajantemente: «La purificación es genocidio». La cantante tampoco escondía su aversión al «mainstream» en una entrevista con NME en la que declaraba que Katy Perry «vende sexo a los niños»: «Creo que muchos niños son más sexuales ahora que antes y no tengo claro que sea solo una coincidencia. Como la puta Katy Perry pulverizando a la gente con su puta polla o apuntando a los putos niños con su puta pistola de semen». Glass continuaba: «no juegues con los vulnerables de esa manera. No animes a las niñas a que se disfracen o a que se pongan «cupcakes» en las tetas para que la gente se los chupe porque eso es lo que estás insinuando».
No es que Crystal Castles nunca hayan tenido nada que decir; sin embargo, hubiera sido interesante descubrir hacia dónde habría mutado su oscuro sonido a medida que el mensaje del grupo se tornase cada vez más siniestro. Lo que es innegable es que necesitamos grupos que transmitan, a través de su sonido y sus letras, todo el horror, pánico y amargura existentes en el mundo y que la mayoría de estilos nos hace olvidar. Glass de hecho mencionaba a gente como Sylvia Plath, Albert Camus o el ‘Viaje al fin de la noche’ de Louis-Ferdinand Céline como algunas de sus mayores influencias, pero no podemos dejar de pensar en Sarah Kane cuando la oímos chillar desesperadamente en ‘Baptism’: si el mundo es una angustia y un caos constante, que también lo sea la música. Y que del horror salga algo bello. ¿No es esa, en definitiva, la esencia de Crystal Castles?
Os dejamos con un playlist con los temas y singles más populares del grupo y alguna favorita de la redacción.