The Final Girls (Todd Strauss-Schulson)
Uno de los sorpresones del último festival de Sitges (Premio Especial del Jurado y Mejor guión). Cuando ya parecía que no se podía retorcer más el subgénero del meta-slasher, llega el desconocido Todd Strauss-Schulson y lo vuelve a poner del revés a golpe (o machetazo) de ingenio. ‘The Final Girls’, título que hace mención a la chica que se salva al final y mata al psicópata, es un afortunado cruce entre ‘La rosa púrpura del Cairo’ y la cuarta entrega de ‘Viernes 13’ (e incluso de ‘Regreso al futuro’). A medio camino entre la parodia, el homenaje y la relectura posmoderna, la película juguetea de forma tan ingeniosa con el género y tiene tal cantidad de hallazgos narrativos (el choque temporal y social, el encuentro madre e hija) y de puesta en escena (los ocurrentes flashbacks, la secuencia en cámara lenta, el enfrentamiento final), que solo queda decirlo bien alto: es el filme perfecto para Halloween. Para este año y los siguientes.
The Town That Dreaded Sundown (Alfonso Gomez-Rejon)
Inteligentísima vuelta de tuerca al slasher setentero. Y van dos. Alfonso Gomez-Rejon, fogueado en televisión (‘Glee’ y ‘American Horror Story‘) y director de la reciente (y muy decepcionante) ‘Yo, él y Raquel‘, realiza una estilizada aproximación al subgénero a través de un sorprendentemente complejo juego metaficcional que incorpora tres niveles de lectura: el remake de la película original -la poco reseñable ‘The Town That Dreaded Sundown’ (1976)-, su secuela y su homenaje posmoderno. Aunque se estropea un poco final, el camino hasta llegar a él compensa de sobra. ‘The Town That Dreaded Sundown’ está plagada de ingeniosos giros argumentales, brillantes hallazgos estéticos y estimulantes soluciones de puesta en escena. Solo por secuencias como el evocador comienzo en el autocine, el crimen y la elipsis en el maizal o ese bonito travelling lateral a la luz de la luna merece la pena verla.
Last Shift (Anthony DiBlasi)
Si los títulos anteriores se disfrutan más viéndolos acompañado (el pase en Sitges de ‘The Final Girls’ fue casi catártico), ‘Last Shift’ es todo lo contrario: cuanto más solo, aislado y en silencio la veas, mucho mejor. Y es que la película de Anthony DiBlasi (‘Dread’, ‘Cassadaga’) tiene una narrativa tan frágil que exige cierto compromiso y predisposición por parte del espectador. Si no empatizas con la adorable protagonista, una policía novata en su primera noche de servicio, solo verás una repetitiva sucesión de tópicos y sustos sin mucha gracia. Sin embargo, si te metes en su uniforme desde el principio, te puede ocurrir lo que le pasó a una amiga: “cagarte de miedo”. ‘Last Shift’ es como un pasaje del terror a punto de venirse abajo en cualquier momento. Pero no, a pesar de que la estructura tiembla varias veces (la aparición de la prostituta es como para levantarse e irse a dormir), consigue mantenerse en pie. Y es que los cimientos son lo suficientemente sólidos: una atmósfera inquietante muy bien elaborada, una banda sonora tan efectista como eficaz y unos golpes de efecto dispuestos con mucha precisión.
Absentia (Mike Flanagan)
Una de las películas de terror indie más aplaudidas de los últimos años. ‘Absentia’ le sirvió a su director para que la actual reina del terror hollywoodiense, la productora Blumhouse, le produjera la muy discreta ‘Oculus: El espejo del mal’. Y no es de extrañar. Flanagan tiene una de las virtudes que más valora un productor: la capacidad para trascender las limitaciones del presupuesto (aquí paupérrimo) a golpe de ingenio y talento narrativo. Con cuatro duros (se financió en parte mediante crowdfunding), cuatro escenarios (hay que ver el partido que le saca al túnel subterráneo) y cuatro actores más bien mediocres (sobre todo los policías), el prometedor director ha conseguido realizar una de las más estimulantes reinterpretaciones del universo de Lovecraft vistas en mucho tiempo. Una afortunada mezcla entre el “terror cósmico” y el ambiente costumbrista, de ritmo pausado y atmósfera pesarosa, que consigue constantemente romper con las expectativas del espectador. Atención al giro que se produce a mitad del filme: un ejemplo de cómo pasar de un subgénero a otro (no desvelo más) como si cualquier cosa.
In Fear (Jeremy Lovering)
Tensión atmosférica para cortar con cuchillo. El debut en el largometraje del británico Jeremy Lovering, director de varios capítulos de la serie ‘Sherlock’, es un turbador survivor de carretera que se sitúa muy por encima de otros ejemplos recientes de este subgénero como ‘Dead End’, ‘Km 666’ o el remake de ‘Carretera al infierno’. Un inquietante viaje en coche por el desvío equivocado que, aunque al final se queda sin batería (qué difícil es en el cine de terror rematar la jugada), ocurre como hemos dicho en ‘The Town That Dreaded Sundown’: el camino merece mucho la pena. La primera media hora es fabulosa. Un ejemplo de cómo transmitir inquietud y angustia con muy poco: un coche, una pareja que se está empezando a conocer (todo un acierto de guión) y miedos primarios como la oscuridad, la desorientación y un bosque impenetrable. Aunque no llega a la altura de joyas del subgénero como ‘Eden Lake’ o ‘Wolf Creek’, y el final puede irritar a más de uno (aunque tiene sus defensores), ‘In Fear’ es un notable ejemplo de terror psicológico.