Cuatro cómics para el Día del Libro

Como en años anteriores (2012, 2013, 2014 y 2015), celebramos el Día del Libro con la recomendación de varios cómics.

Adrian Tomine / Intrusos

Los trabajos del californiano Adrian Tomine habían llegado hasta ahora a nuestras manos bien por la vía de la recopilación o, sobre todo, por el medio centenar de portadas, algunas de ellas muy aplaudidas, para la revista The New Yorker. Estos dos canales han sido más que suficientes para que esperemos con cierto nerviosismo esta nueva antología de seis relatos. Nuestras expectativas han sido alimentadas por una línea gráfica limpia, a la par que desnuda, que refleja la complejidad humana. En ‘Intrusos’, lo más llamativo es el perfil de los personajes. Se retratan no solo sus debilidades cotidianas o la ansiedad que puede provocar el autoengaño, sino la profunda soledad que domina un entorno incluso cuando no lo parece.
Calificación: 8/10
Lo mejor: El relato y el dibujo muestran la misma pulcritud, sin prevalecer uno más que otro: suman y arman emoción en favor de la historia.
La precisión con la que se muestra el aislamiento de los personajes.
Lo peor: Sabe a poco y se echa en falta más colorido en la rotulación de algún relato, pues a la obra de Tomine siempre le favorece.
El parecido con otros autores como Daniel Clowes, Chris Ware o Jaime Hernandez.
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Roz Chast / ¿Podemos hablar de algo más agradable?

Cada vez que los padres de Roz Chast, también ilustradora en The New Yorker, no querían hablar del final de la vida o la vejez siempre zanjaban la conversación con un «¿Podemos hablar de algo más agradable?». Y justamente su autora usa esa consigna para tratar un tema como la dependencia y la pérdida de facultades cuando se viven muchos años, algo que parece incomodar bastante a la sociedad del siglo XXI.

Pocas son las obras que tratan sobre la tercera edad. En cómic encontramos las muy recomendables ‘Arrugas’ de Paco Roca, ‘Un adiós especial’ de Joyce Farmer o ‘Cuando el viento sopla’ de Raymond Briggs. Aunque el tema principal de esta última es bastante distinto, tiene en común la crudeza de presentar a un matrimonio mayor que se va apagando lentamente. También es inevitable pensar en el atrevimiento cinematográfico de Michael Haneke en ‘Amour‘.

El dibujo colorista de Chast, las fotografías reales de la casa y de sus padres con los pertinentes textos explicativos, junto a un impagable humor, que sin ser curativo es infalible como bálsamo para la aceptación, hacen que nos replantemos esos años más allá de nuestra jubilación y la de nuestros padres.

Calificación: 7,8/10
Lo mejor: La vuelta a la tortilla que Chast consigue desde el lema de sus padres. Consigue hacer agradable, además de enternecedor, un asunto que le inculcaron como repulsivo.
Lo peor: Aparecer en la recta final del año, junto a una veintena de grandes títulos, supuso un inmerecido olvido.
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Daniel Clowes / Paciencia

Daniel Clowes nos ha presentado en el pasado multitud de personajes con poca afinidad con el lector, aunque esto no impida que nos atraigan, desde el depravado con alopecia de ‘Wilson

‘, a los dos adolescentes con superpoderes de ‘El rayo mortal‘, pasando por el desalentador Marshall que comienza una relación sentimental en ‘Mister Wonderful‘, y ‘Ghost World’, un trabajo llevado al cine sobre dos rebeldes jovencitas perturbadas por la excentricidad. Todos ellos marginales, buscan una válvula de escape como único común denominador.

En ‘Paciencia’ encontramos poco rastro del pesimismo de trabajos pasados, es menos mordaz. Aquí se prolonga la confusión pero sin llegar a la tortura extenuante y sobre un dibujo vibrante y brillante desarrollado con colores básicos. Jack, el protagonista, está dispuesto a salvar como sea su relación con Paciencia, aunque para conseguirlo sea necesario hacer un viaje temporal. Una forma nueva de huir de la realidad para alcanzar, como siempre, el mismo final de evasión existencial que tanto le gusta a Clowes.

Calificación: 7,4/10
Lo mejor: Se cambia el humor negro de otras obras por un aire optimista. Los personajes, aunque moralmente debilitados, siempre encuentran un clavo ardiendo al que agarrarse. La rotulación es impecable, visualmente no tiene rival.
Lo peor: La trama narrativa no termina de enganchar, está bien montada, es novedosa y recomendable también, pero su género no está tan claro entre el viaje en el tiempo, el relato de un amor o el complejo misterio por resolver.
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Miguel B. Núñez / Heavy 1986

Si algo llama poderosamente la atención de ‘Heavy 1986’ es su cercanía. Quien más, quien menos, ha tenido un amigo heavy en el barrio, en el instituto y/o un familiar entregado a la causa metalera. La andadura comienza en plena adolescencia, antesala de la madurez y por lo tanto en pleno proceso de cambios.

Ambientado en un barrio de clase obrera- Madrid es el escenario-, ‘Heavy 1986’ cuenta la historia de unos jóvenes para los que el rock duro es el alimento básico de su día a día. Les ayuda a subir la autoestima, a afrontar un presente gris que tiene mucho de premonición de futuro, y a exhibir una estética y una actitud como filosofía de vida.

Sin ser una obra autobiográfica, sí puede parecerlo, por recordar con extremo detalle lugares reconocibles como la Gran Vía madrileña, la tienda de discos Discoplay o Sepu, la coyuntura política con el referéndum sobre la OTAN o las noches en el Canciller, popularmente conocido como «El Canci». Un lugar ideal para hablar y bailar a todas las bandas que se mencionan, desde las nacionales como Obús, Leño o Barón Rojo, a las internacionales como Twisted Sister, Judas Priest o Iron Maiden.

Calificación: 6,9/10
Lo mejor: La teoría de cuándo y por qué el género tocó techo.
Lo peor: Un dibujo con aire infantil que choca fuertemente con la imagen que tenemos de las portadas de infinidad de discos. No olvidemos que otra gran afición era intentar dibujar esas carátulas en los tiempos muertos o en la mesa de clase en el instituto.
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