La idea tras este acuerdo no es un misterio: Apple Music y Tidal pagan a sus artistas una cuantía por la exclusiva de su disco y, a cambio, la plataforma genera nuevos suscriptores que se mueren por escuchar el esperado nuevo álbum de su artista favorito. Se supone que es una idea brillante que debe ayudar tanto al artista como a la plataforma que publica su obra, sin embargo, no todo el mundo opina lo mismo, lo que incluye a Lucian Grainge, presidente de Universal, una de las mayores discográficas multinacionales del mundo.
Tal y como informa The Guardian, Grainge ha decidido prohibir las exclusivas de streaming a sus artistas, lo que incluye a varios de los músicos más populares actualmente en el mundo como Taylor Swift, Kendrick Lamar o The Weeknd. Grainge cree que esta práctica de exclusivizar lanzamientos en plataformas de streaming aliena a los fans y reduce el público de sus artistas y que es contraproducente para las plataformas de streaming que compiten por las exclusivas. Según ha escrito
el influyente periodista musical Bob Lesfetz, la industria de la música actualmente «promociona productos marginales que atraen a unos pocos y lo hacen inaccesible para el resto».Lesfetz es especialmente crítico con Apple Music, a la que considera una plataforma imposible de vencer económicamente, pues pertenece a Apple, la empresa más lucrativa del mundo. «La industria de la música quiere que Apple Music sea la plataforma dominante para poder exprimir a sus fans económicamente y mantener a los artistas independientes en los fondos más bajos que es donde pertenecen», ironiza Lesfetz. Además, el periodista acusa a Frank Ocean de ser cómplice de esta práctica gracias a la cual «los ricos se hacen más ricos y al resto nos abandonan». «Vergüenza debería darte, Frank, a ti y a todo el mundo que acepta dinero de Apple y jode a sus fans», concluye.
Este tipo de exclusivas generan un interesante debate sobre el futuro de la industria musical. Por un lado, el artista se forra y Apple Music gana publicidad y suscripciones pero, por el otro, en el caso de Ocean, han pasado cuatro años desde ‘channel ORANGE’ y no a todo el mundo le apetece suscribirse a una plataforma que no le interesa para escuchar un disco en exclusiva que puede descargarse ilegalmente. La idea también puede salirle bien a Apple, ojo, en otro sentido, pues suple la carencia de suscripciones redirigiendo a los fans a iTunes. Si no puedo escucharlo directamente, me lo compro. No serán pocos los que han optado por esta vía. Quién gana al final en todo esto parece una pregunta más difícil de responder.