Tenemos que comenzar por la ganadora de la noche, Adele, que además del momentazo para mal (por su error que acertó a enmendar) y bien (al final dejó imágenes preciosas) de su homenaje a George Michael, se llevó a su casa los premios más importantes de la noche. Se los dedicó a Beyoncé, «Queen B», y ella asentía emocionada desde su asiento (en el Foro de JENESAIPOP se ha comparado –y mash-upeado– con aquel famoso speech de Lola Flores hacia Rocío Jurado). Una Bey que, pese a su embarazo, no se privó de marcarse algunos bailecitos con su marido Jay Z, y ante la atenta mirada de la hija pequeña de ambos, Blue Ivy Carter-Knowles. ¿Quién emocionaría tanto a la pequeña? ¿Mami? No creemos, porque su show fue muy visual pero algo muermo. Lo más probable es que se emocionara por reconocer a su héroe, Darth Vader. Apareció por duplicado junto a The Weeknd
.En cambio, la teórica derrotada de la noche fue Rihanna, que se fue de vacío del todo pese a que optaba a varios premios. Sin embargo, lo que sí se ha ganado ha sido un trocito de nuestro corazón al mostrarse como una mortal a la que se la trae todo al pairo, amorrándose a una petaca llena de agua con misterio a la que ella y su amiga Jen iban dándole tientos de cuando en cuando para superar el trago, ante la disimulada mirada de Ed Sheeran. Ese «It’s time to take another shot» que leemos en sus labios ya ha pasado a los anales. Podéis ver la impagable secuencia completa, aquí.
Por lo demás, también cabe rememorar el stage-diving de Lady Gaga durante su actuación con Metallica (atención a su arte–pop– para volver al escenario), a Twenty One Pilots quitándose los pantalones para recoger su premio, a Nick Jonas siendo cortés (¿o ligando?) con la madre de James Corden, a Cee-Lo Green disfrazado de Ferrero Rocher andante o el bailecito zombie de Katy Perry. Y eso es todo. Adiós á-là Céline.