Hablamos del dúo norteamericano Daryl Hall & John Oates y del dúo británico Tears for Fears, que hace unos días anunciaban una extensa gira conjunta por Norteamérica. Ninguno de ambos proyectos se ha separado oficialmente, aunque hayan hecho sus pinitos por separado en los dos casos. Pero desde 1990, en el caso de los primeros, y 1993, en el de los segundos, no han publicado un disco o single relevante comercialmente, lejos de sus días de gloria. Sus carreras perviven en buena medida por sus viejos éxitos, si bien ambos casos son muy distintos.
Hall & Oates, héroes del white eyed soul, han lanzado varios álbumes en lo que llevamos de siglo, con nula relevancia. Son el clásico grupo de “greatest hits”. Pero claro, menudos hits. Canciones mitiquísimas (6 números 1 de Billboard, por ejemplo) que además de vender unas cifras estimadas de 40 millones de copias y valerles un lugar en el Rock and Roll Hall of Fame, les han dado algo más importante: un lugar en el imaginario común de varias generaciones de público y artistas, que hace que hoy artistas tan distintos como The xx, Rumer o los barceloneses Tversky les reivindiquen.
En cuanto a Tears for Fears, su carrera post-éxito ha sido más consistente. Roland Orzabal y Curt Smith pueden mostrarse bastante orgullosos de haber lanzado un disco como ‘Everybody Loves a Happy Ending’ (2004), más que digno y de aires clásicos. De hecho, parece que están a punto de publicar un nuevo álbum
que podría ser más contemporáneo de lo que cabría imaginar: en 2013 despacharon interesantes versiones de Arcade Fire, Hot Chip y Animal Collective. Y su influencia incluso en las generaciones más recientes (Tegan and Sara, Lorde o Miley Cyrus les han versionado últimamente) es notable. En todo caso, su gran baza siguen siendo discos como ‘The Hurting’, ‘Songs from the Big Chair’ y, sobre todo, ‘The Seeds of Love’, que les han llevado a vender más de 30 millones de discos.Por tanto, este tour tiene sobradas razones que lo amparan y lo hacen imprescindible. Un mínimo de 18, que son las enormes canciones que hemos seleccionado en una playlist y que, a buen seguro, no faltarán en esos conciertos. En el caso de Hall & Oates, riffs memorables como los de ‘You Make My Dreams’ o ‘Private Eyes’, la inmortal ‘Maneater’, o clásicos del soft pop y el soul de los 80 como ‘Kiss on My List’, ‘Rich Girls’ y ‘Everytime You Go Away’ (sí, aunque la popularizó Paul Young, era una versión). Y en el de Orzabal & Smith, hits de épica pop como ‘Shout’, ‘Mad World’ o ‘Pale Shelter’, el soul sofisticado de ‘Sowing The Seeds of Love’, ‘Advice for the Young at Heart’, ’Everybody Wants To Rule The World’ o ‘Head Over Heels’ y el rock elegante de ‘Break It Down Again’. Una colección impresionante que es mucho más que un baño de nostalgia.