Madonna editó ‘American Life’ (2003) inmediatamente después de ‘Ray of Light’ (1998) y ‘Music’ (2000), dos discos que vendieron más de 10 millones de copias y consiguieron críticas excelentes. Katy Perry viene de editar ‘Teenage Dream’ (2010) y ‘Prism’ (2013), dos álbumes que han sumado varios números 1 a los logros de la cantante y han vendido 6 y 4 millones de unidades en tiempos de crisis. Sus streamings se cuentan por cientos de millones, con vídeos incluso por encima de los 1.000 millones de reproducciones. En cuanto a crítica, no han sido tan buenas como en el caso de Madonna pero Metacritic concluye muy acertadamente que, hasta ahora, cada disco de Katy Perry ha sido mejor que el anterior.
Como si el éxito le aburriera, Madonna presentó un disco en cuya portada aparece vestida de Che Guevara. Estados Unidos está en guerra con Irak cuando el álbum llega al mercado y Madonna critica duramente a su propio país con un vídeo que transforma un desfile de moda en una pesadilla bélica de muertos, heridos y piernas mutiladas. Madonna lanza una granada… con la que George Bush hijo se enciende un puro. En las presentaciones en vivo, muestra a George Bush y Saddam Hussein esperando por una licencia matrimonial, equiparándolos. El mundo se vuelve contra ella y la canción es el mayor fracaso comercial de la carrera de Madonna.
Katy Perry se ha rapado el pelo y como Madonna, es una firme seguidora de Hillary Clinton, pero muy a su manera (Madonna ofrece felaciones a cambio de votos, Katy Perry intenta votar desnuda). ‘Chained to the Rhythm’ es una clarísima canción política que contiene referencias a la “utopía”, a las masas adormiladas (“vivimos en una burbuja, tan cómodos, que no podemos ver los verdaderos problemas”) y habla de la sociedad de hoy como “zombies”. Su vídeo es una inteligente metáfora de todo ello, situado en un parque de atracciones lleno de tonos pastel como los que han caracterizado su carrera, pero ahora con un regusto amargo. Feroz crítica del capitalismo y de la manipulación que los medios ejercen sobre la sociedad. El tema no es un fracaso absoluto, de hecho de momento es una de las 10 canciones más exitosas de 2017 en todo el mundo, pero no alcanza ni remotamente los datos de ‘Roar’ o ‘Dark Horse’.
Político o no, ’American Life’ tiene una de las melodías más feístas de la carrera de Madonna. Ante el fracaso, la cantante recula: retira el vídeo político, recibiendo más críticas todavía, y presenta un single mucho más pop, ‘Hollywood’. Katy Perry también parece acelerar el lanzamiento de un segundo sencillo mucho más pop, un ‘Bon Appétit’ que presenta a una Katy Perry sexualizada.
Pero lo sexy en el caso de Katy Perry esconde sorpresa. El vídeo de ‘Bon Appétit’ muestra a Katy Perry siendo amasada y preparada para satisfacer a los hombres. Pese al final “feliz”, la crítica al tratamiento a las mujeres en la industria musical es innegable. Katy Perry no estaba ofreciéndose de piernas abiertas a nadie: el ‘Bon Appétit’ era irónico y al final el destinatario se atraganta con su plato de espárragos y mejillones. La letra de ‘Hollywood’ hablaba de ir en coche por esta parte de Los Ángeles y sentirte muy bien… pero su vídeo mostraba también que el enunciado era irónico. En él aparece Madonna inyectándose bótox en lo que parece exactamente lo mismo: una crítica de los sacrificios que ha de hacer una mujer para seguir vigente en un lugar como “Hollywood”. El debate sobre las dificultades de las actrices para conseguir papeles pasados los 30 o los 40 ya está sobre la mesa. Su colega Antonio Banderas habla de él varias veces con respecto a la que fue su esposa Melanie Griffith.
‘Hollywood’ ni siquiera apareció por el Billboard Hot 100, un dato insólito para la Madonna que venía de ‘Ray of Light’ y ‘Music’. ‘Bon Appétit’ ha aparecido en el puesto 76 del Billboard Hot 100, un dato insólito para la Katy Perry que viene de ‘Teenage Dream’ y ‘Prism’. ‘American Life’ estaba abocado al fracaso y Madonna tiró la toalla, haciendo un vídeo para ‘Love Profusion’ que no podía ser más vago y dejando sin vídeo siquiera canciones como ‘Nothing Fails’ al percibir que tenía toda la opinión pública en contra. Su gira de presentación se llama ‘Reinvention Tour’, no ‘American Life Tour’. Katy Perry ha sido más lista y aún no ha anunciado su disco. El vídeo de ‘Bon Appétit’ ha arrasado (8 millones de visualizaciones en las primeras 12 horas), pero de momento no ha animado las ventas en iTunes. ¿Hay tiempo para salvar su disco o estamos definitivamente ante su ‘American Life’?
‘American Life’ no es un disco de culto precisamente. No es ni más ni menos que el disco de Madonna peor considerado por la crítica de toda su carrera (sí, Metacritic lo muestra por debajo de ‘Hard Candy’ y ‘MDNA’). Sin embargo, a la larga es a menudo citado como uno de los favoritos de sus fans, como uno de sus álbumes más personales, infravalorados y avanzados. La cantante lo reivindicaba recientemente en un concierto interpretando hasta 4 de sus «no singles» (de un repertorio de 15).
Basta leer los comentarios de la web o de las redes para concluir que Katy Perry se enfrenta a un clima muy parecido: parece tener la opinión pública en contra dé el paso que dé… Y sin embargo, hay algo excitante en sus dos últimas canciones que nos hace celebrar que haya dejado atrás el insoportable bombo de muchas canciones de ‘Teenage Dream’, que haya optado por otro tipo de ritmos más tropicales, sensuales o disco, que haya seguido el camino de pseudo-vanguardia de ‘Dark Horse’, que se haya sumergido en territorios más dance y que haya utilizado sintetizadores deliciosamente noventeros. ¿De verdad que no hay ganas de escuchar este álbum al completo?