Música

Lorde / Melodrama

“La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde, como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas”. Hace justo 60 años se publicó ‘En el camino’, hoy se publica el nuevo trabajo de Lorde y, antes de que os preguntéis qué tienen que ver el libro de Kerouac y la neozelandesa, os invito a seguir leyendo.

La autora de ‘Team’ no describe ‘Melodrama’ como un “disco post-ruptura” (en Bustle, incluso, se preguntan si la forma en que aplicamos ese concepto no es un poco machista). “Es un disco sobre estar sola. Sobre la parte buena y la parte mala” dice, y no refiriéndose exclusivamente a estar soltera: “me fui de la casa familiar, a vivir sola y de repente me vi intentando averiguar: ¿quién soy cuando estoy sola? ¿Quién soy cuando estoy haciendo cosas solo para mí misma?”. Por supuesto un disco de ruptura no tiene que ser malo y, de hecho, puede ser muy bueno (como ejemplo más o menos reciente está ‘I Never Learn‘) pero, aunque su primer gran desengaño amoroso está bastante presente, ‘Melodrama’ no es eso. Es vivir tu vida, y concretamente tu juventud, contigo mismo, no en un pack. “Concretamente tu juventud” porque ‘Melodrama’ no habla “de estar sola y punto”. Habla de estar sola en una etapa vital concreta y en una generación concreta (ya expliqué esto) y, por ello, habla de esta etapa y esta generación quizás con una claridad y libertad que muchos otros no han conseguido – el talento de la chica para poder dibujar y unir todo esto también ayuda, claro.

Y, precisamente para unir todo esto, la cantante ha querido usar el contexto de una fiesta en casa con objeto de dar cohesión al álbum. La adolescencia de ‘Pure Heroine’, donde encontrábamos la frase “it feels so scary getting old” (‘Ribs’), da paso por tanto a la etapa siguiente en ‘Melodrama’, a un “¿y ahora qué?” muy bien construido a lo largo de un tracklist perfectamente dispuesto. Los dos conceptos principales del disco están bien representados tanto al inicio como al final (‘Green Light‘ da el pistoletazo de salida a este viaje -su “¿y ahora qué?” es casi literal- mientras ‘Perfect Places‘ lo cierra y ofrece una respuesta), y parece presentar una estructura en tres partes.

La primera encajaría tanto “la parte buena de estar sola” de la que hablaba Lorde como referencias a esa relación que terminó, y a otras no tan serias pero sí intensas. Tanto en ‘Sober‘ (¿tiene o no sample de ‘Your Body‘?), con su “ain’t a pill that could touch our rush / but what will we do when we’re sober?”, como en ‘Homemade Dynamite’ (“we’ll end up painted on the road, red and chrome / all the broken glass sparkling, I guess we’re partying”) se adentra en el éxtasis de esa noche, de esas noches. Pero también en lo engañosas que pueden acabar siendo ciertas sensaciones. ‘The Louvre’, co-producida por Flume, sigue por ese camino, y presenta una parte final instrumental en la cual, si cierras los ojos, puedes ver la cámara alejándose de Lorde y de la escena, convirtiéndote en espectador. Es curioso porque Lorde nos quiere llevar en primera persona por las historias del álbum, haciéndonos sentir -de forma eficaz- que las estamos viviendo… y esta maniobra final, que se repite en otras canciones (‘Sober II’, ‘The Writer in the Dark’ y ‘Supercut’), parece una forma de romper ese rol y pasar de protagonista a observador. Como si fuese una despersonalización producida por la música.

La segunda parte de esta estructura comienza con el choque respecto a lo anterior que supone ‘Liability‘, quizás la mayor joya de este segundo trabajo, y a partir de aquí las referencias a relaciones tienen un carácter más amargo, desde el “we are loveless generation / all fucking with our lover’s heads” de ‘Hard Feelings / Loveless’ (un interesante 2×1 de 6 minutos) hasta casi el final del disco. Probablemente con la referencia más clara al concepto de la fiesta (“lights are on and they’ve gone home, but who am I? / oh, how fast the evening passes, cleaning up the champagne glasses”) llega ‘Sober II (Melodrama)’, que es ciertamente una continuación – y menuda continuación- no en cuanto a sonido, sino en cuanto a temática. Casi podemos sentir a Lorde (o sentirnos) escribiendo resacosa eso de “apuesto a que te arrepientes del día en que besaste a la escritora en la oscuridad, ahora va a cantar y a tocar y a encerrarte en su corazón”: ‘The Writer in the Dark’ es, como ‘Liability’, un desnudo integral (“I’ll love you ‘til you call the cops on me”) en el que al final consigue sacar fuerzas y disfrutar de la vida por ella misma (“I let the seasons change my mind / I love it here since I’ve stopped needing you”). Un último vistazo a la relación es el que ofrece ‘Supercut’, con la co-producción de un miembro de Air, mucho más uptempo que las anteriores, y que parece pensada para cantarla a dúo con Robyn (ojalá). ‘Liability (Reprise)’ comienza a lo ‘Hide and Seek’ para transformarse poco después en el tema más ‘Pure Heroine’ de los nuevos, y sirve para cerrar este segundo grupo.

‘Perfect Places’ sería, por tanto, la única componente del tercer acto, uniendo características tanto del éxtasis de la primera parte como de lo amargo de la segunda. Y a la vez distanciándose de ambas a través de una reflexión: nuestra juventud nos lleva a vivir experiencias que son esos “lugares perfectos”, y esto no quiere decir que no tengan ningún fallo, sino que son perfectos en tanto que son experiencias únicas. Experiencias vividas con incertidumbre, euforia y miedo, todo a la vez, y Lorde consigue transmitirnos a la perfección esta mezcla de emociones a lo largo de las canciones que forman este regreso; lo oímos y, como influidos por su sinestesia, lo vemos, lo tocamos… en definitiva, también nosotros lo sentimos. En ‘Pure Heroine’ se nos mostraba una personalidad musical muy marcada, que aquí cumple la difícil tarea de extenderse por otros terrenos de historias y sonidos manteniendo su esencia (las letras, como el “I overthink your punctuation use / not my fault, just a thing my mind do” nos lo recuerdan) y sin traicionarse a sí misma, sino mejorando. Porque, sí, ‘Melodrama’ supera a su hermano pequeño. Y que la última frase de este álbum sea «what the fuck are perfect places anyway?” es muy significativo.

“Disco de ruptura”… ¿no será que el auténtico “melodrama” del que habla Lorde es vivir contigo mismo? Una auténtica putada a veces, pero una gozada otras, y lo más real que vas a tener. La lucha por superar el desamor y aprender a estar sola a la vez que no puedes evitar recordar, la lucha por descubrir quién eres, y quién vas a ser, a través de aciertos y errores, de distintas experiencias que vas teniendo en tu vida… o, como el concepto del álbum, que vas teniendo en una única fiesta. Una fiesta que, cuando se acaba, se acaba. Como tu vida. ‘Melodrama’ es estar loca por vivir.

Lorde actúa el 9 de octubre en Barcelona. Las entradas están a la venta.

Calificación: 9,2/10
Lo mejor: ‘Sober’, ‘Liability’, ‘Sober II (Melodrama)’, ‘Green Light’, ‘Writer in the Dark’
Te gustará si te gusta: Banks, Tove Lo, Bleachers, Halsey, Robyn, los “discos de ruptura” más cercanos a ‘Jagged Little Pill’ que a ’21’, mirar al abismo y saltar a volar sobre él cuando te devuelve la mirada, entender a una generación en lugar de demonizarla.
Escúchalo: Spotify
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Publicado por
Pablo Tocino
Tags: lorde