El trío London Grammar llega a su segundo álbum situado a la cabeza de las preferencias del público británico semi underground. Las comparaciones con The xx y Florence + the Machine estuvieron a punto de ahogarles en el otoño de 2013, cuando se editó su debut ‘If You Wait‘. El grupo pasó de ser favorito para recibir el Mercury Prize a no ser ni siquiera nominado, y justo cuando parecía que todo el mundo se iba a olvidar de London Grammar en cero coma, su álbum resurgía en febrero de 2014, volviendo al top 3 de las listas británicas casi medio año después de su edición, aupado por lo que estaban gustando singles como ‘Strong’, ‘Hey Now’ y ‘Wasting My Young Years’. Quizá la edición como single aquel mismo otoño de la preciosa ‘Help Me Lose My Mind’ con la cantante Hannah Reid junto a Disclosure puso un pequeño granito de arena también.
La música de London Grammar ha funcionado estupendamente gracias al boca a boca, porque al margen de los parecidos y excesiva inspiración en música ajena que puede sacárseles sin demasiado esfuerzo, sus canciones son bonitas. Lo mismo puede decirse de los adelantos que este 2017 han venido compartiendo desde el mismo día de Año Nuevo. ‘Rooting for You‘ es ese número de la banda en el que los agudos de Hannah Reid llegan a otro nivel con el fin de crear una atmósfera envolvente y celestial, mientras la melodía nos hace pensar en los momentos más intimistas y románticos de una Christine McVie, cuyo ‘Songbird’ de ‘Rumours’ parece una referencia. La letra en plan «me encantaría quererte para siempre, pero tengo miedo de la soledad, cuando estoy sola contigo» contribuye a la empatía inmediata.
London Grammar han acertado al evitar los caminos de la comercialidad. En ningún sentido este es un disco más pop que el anterior, y así, entre los adelantos del álbum, incluían también el árido corte titular, que cierra el largo, y cuya figurada travesía por el desierto era también reproducida en el sencillo oficial ‘Oh Woman Oh Man’, un tema un tanto Chris Isaak que lamenta con frustración no poder hacer nada para que otra persona te quiera más.
Entre los aciertos de ‘Truth Is A Beautiful Thing’, hay que incluir sin duda la decisión de London Grammar de contar con Jon Hopkins co-produciendo uno de los temas, ‘Big Picture’. El resto lo han coproducido ellos mismos junto a gente como los millonarios Paul Epworth y Greg Kurstin, aquí muy al servicio de las necesidades del trío. Sin embargo, en esa pista y como ya hiciera junto a Coldplay en la canción más sofisticada de ‘Ghost Stories‘, el autor de ‘Immunity‘ convierte lo que podía haber sido una canción de Niki and the Dove en un corte lleno de matices oníricos, desde el tratamiento de las voces al de las guitarras.
Temáticamente seguimos frente a las vueltas sobre el amor y, si esta composición dice algo como «estoy hecha de muchas cosas, pero no de las que tú estás hecho» (sobre mentiras), hay otra que se llama directamente ‘Hell to the Liars’ (y es bastante ‘Sleeping Satellite’ de Tasmin Archer, por cierto), y además el titulo del disco es el que es. Tras «Liars», la segunda mitad del disco ofrece un par de buenos temas, como ‘Everyone Else’ y ‘Who Am I’, pero es inevitable pensar que el grupo se ha venido un poco arriba con sus capacidades compositivas: no hay sorpresas tamaño ‘Rooting for You’ y la edición deluxe del álbum, que incluye hasta una demo y una versión de The Verve, son un poco una sobrada. No, lo que nos cuentan London Grammar no es tan interesante ni tan original como para un álbum de hora y 20 minutos, aunque hay que reconocerles que, cuando se ponen, saben crear momentos de una belleza realmente atosigante.