La canción, que está compuesta por Levine junto a Starrah (reciente colaboradora de Rihanna –‘Needed Me’–, Drake –‘Fake Love’–, Katy Perry –‘Swish Swish’– o Calvin Harris –‘Feels’–) y producida por Ben Billions (The Weeknd) y Jason Evigan (Madonna), es un artefacto de funk-pop suave y seductor que, por simple que parezca, parece destinada a convertirse en un nuevo éxito.
Y es que, por forzada que pueda parecer la pátina modernuca de sus nuevas canciones, la fórmula les está funcionando tan bien como siempre: por bobalicón que sonara el estribillo de ‘Don’t Wanna Know’ –con Kendrick Lamar como invitado, no lo olvidemos– o por impostada que pareciera ‘Cold’ –junto a Future–, ya se han convertido en nuevos éxitos comerciales para los autores de ‘Moves Like Jagger’ o ‘She Will Be Loved’. Su huída hacia sonidos contemporáneos para no convertirse en un grupo para nostálgicos y captar un público más joven parece que les está saliendo bastante redonda.