El festival se abría el viernes 22: bandas como el dúo Apartamentos Acapulco (cuyo álbum debut reseñamos en la redacción hace tan solo unos días), los autores de ‘Alerta’ Julieta 21 y Lost Tapes, el proyecto de RJ Sinclair y Pau Roca (curiosamente, La Habitación Roja también tocaba ese día) fueron calentando los motores mientras la temperatura atmosférica se iba enfriando -un poquito al menos- para recibir a Iván Ferreiro. El gallego despierta amores y odios entre los festivaleros, pero si eras de los primeros, su show daba exactamente lo que querías: “disfrutar sufriendo” mientras le escuchabas presentar algunas canciones del reciente ‘Casa‘ como ‘El pensamiento circular’ y repasar temas de sus álbumes anteriores o rescatar la pirata ‘Años 80’. Más de uno de los del segundo grupo se acabó pasando al primero tras el concierto. La Habitación Roja tomó el testigo del autor de ‘El Dormilón’, uniendo al público en el tema con el que abríamos la crónica, pero la banda de Jorge Martí, José Marco, Jordi Sapena, Pau Roca y Marc Greenwood también tuvo tiempo para ‘Un día perfecto’, ‘Voy a hacerte recordar’ o temas de su último trabajo. El grupo volvía al festival como también lo hacía L.A.: Luis Alberto Segura presentó el reciente ‘King of Beasts‘ y, junto a sus compañeros Pep Mulet, Ángel Cuberto y Dimas Frías, aprovechó también para dar a conocer otros temas a los asistentes no familiarizados con sus anteriores trabajos, como la retocada ‘Stop the Clocks’.
Lori Meyers eran los protagonistas de la noche y lo sabían. Una de las bandas más potentes del indie nacional no podía defraudar en su tierra, y así fue: el público se vino arriba, algo derivado no solo de los hits (no faltaron ‘Emborracharme’ o ‘Mi Realidad’), sino también de un buen sonido y, sobre todo, la cuidada escenografía que les está acompañando durante esta gira, con buen uso de pantallas y material audiovisual. Todo esto sin olvidar, claro, que tocaba presentar ‘En la espiral‘, su primer disco tras cuatro años de silencio: así, sonaron temas como ‘Vértigo I’, ‘Zona de confort’, ‘Océanos’ o el lead-single ‘Siempre brilla el sol’. Los barceloneses Sidonie, sin embargo, estuvieron cerca de robarle el protagonismo a los Lori, con un directo divertidísimo y lleno de interacciones con el público (aunque algunos precisamente se quejaron de que preferían más canciones y menos gracias). La parada en esta ciudad supone una de las últimas fechas en su gira de presentación de ‘El peor grupo del mundo‘, del que pudieron sonar el corte titular o ‘Siglo XX’, pero Jesús, Axel y Marc tuvieron también espacio para ‘Estáis aquí’ y otros guiños hacia álbumes anteriores. Quienes aún querían más tuvieron a los vascos Grises, cuyo ‘Erlo‘ gustó bastante en nuestra redacción, y a Elyella DJ’s, encargados de despedir la noche.
El sábado 23 tenía la misión de no bajar el nivel, y para ello se guardaba varios cabezas de cartel. Las primeras horas de la tarde se encargaron Nauzet Hernández, responsable de Pianet, presentando su interesante ‘Watercolor‘, los mallorquines Ombra, y el ex-vocalista de El Puchero del Hortelano Antonio Arco, desde hace unos años en solitario. Más tarde, Delafé hizo sudar al público con temas del reciente ‘La fuerza irresistible’ como ‘Diario de Batalla’ y otros como el hit ‘Espiritu Santo’, todo salpicado con los característicos samples de Óscar D’Aniello.
Pero entre ambos tuvimos a Viva Suecia, que en principio no era de los grupos más citados por los medios al hablar del festival, pero que se ha ganado, por derecho propio, una mención especial. Con cada festival que pisan, su fenómeno fan aumenta, y los murcianos no solo tenían entre las filas a “seguidores” o gente con camisetas de la banda: había hasta banderas de Suecia ondeando durante el concierto. Toda una generación coreando el himno ‘Hemos ganado tiempo’, apenas acaban de sacar su segundo disco y su álbum debut es del año pasado. ¿Qué queremos decir con esto? Que lo de “hay que estar atentos a Viva Suecia” cada vez supone no tanto una teoría de que pueden dar un pelotazo sino una reafirmación de que quizás eso está ocurriendo ahora mismo, y que estamos a nada de verlo de forma evidente. En cuanto al setlist, de ‘La fuerza mayor’ cayeron temas como ‘Permiso o perdón’ y ‘Bien por ti’, y de ‘Otros principios fundamentales’ (del que hicieron un agradecimiento especial a su productor Raúl Pérez) no faltó ‘A dónde ir’, que entonaron justo después de pedir a los presentes que celebrasen que era el Día Internacional de la Bisexualidad.
Dos bandas andaluzas de renombre como Maga y los históricos Los Planetas fueron los siguientes en subir al escenario. Con algo de retraso, Jota y compañía dieron paso a un setlist que combinaba los temas más pausados de su ‘Zona temporalmente autónoma’ (o no tanto, ahí está ‘Espíritu Olímpico’) con los temas que les han puesto donde están, por supuesto entre ellos ‘Un buen día’, y eligieron la magistral ‘Islamabad’ para despedirse de su tierra. Los sevillanos Maga les sucedieron casi inmediatamente, presentando ‘Salto Horizontal’ y recordando a sus seguidores temas antiguos (no faltó ‘Agosto Esquimal’), con algunas dificultades en el sonido, pero con la intervención inesperada de Anni B Sweet, quien se subió al escenario para cantar con ellos ‘Por la tarde en el frío de las tiendas’, que en el disco cuenta con su voz en los coros. Tras ellos actuaron los polémicos Sexy Zebras y Dorian, antes de que los seguidores de ‘La vida moderna’ –programa humorístico de la Cadena Ser– se quedaran a cuadros con el comienzo del concierto de Kakkmaddafakka, pues decidieron usar el himno de Modernonia como intro a un concierto en el que no faltaron ‘Restless’, ‘Forever Alone’ o el recién salido del horno ‘Neighbourhood’.
Pero para entonces, decíamos, ya habían brillado Dorian, en los que merece la pena detenerse. Los autores de ‘Al final de la escapada’ abrieron con ‘Los amigos que perdí’, ganándose a un entregado público que no paró de bailar y sentir con singles tanto del mismo ‘La velocidad del vacío’ (‘El temblor’) como del anterior (la trilogía de ‘La ciudad subterránea’ no faltó), e incluso de su debut (‘Solar’), además del nuevo ‘Hasta que caiga el sol’ y, por supuesto, ‘A cualquier otra parte’. El cierre, con un público totalmente en éxtasis con ‘La tormenta de arena’, fue espectacular. Pero además del hedonismo, los catalanes decidieron dedicar unas palabras a la situación actual de su tierra, sin hacer referencia explícita, pero sí animando al público a “no dejar que los medios controlados por poderes os tomen el pelo” y a que “os centréis en lo que nos une, y no en lo que nos separa”. Luego, si las piernas te seguían funcionando, podías quedarte a cerrar el festival con el show de Les Castizos.
Según datos de la organización, más de 40.000 personas han asistido al festival y más de la mitad de ellas eran de fuera de la ciudad, lo que confirmaría el crecimiento del Granada Sound dentro del mundo festivalero de nuestro país. Con este crecimiento deben pulirse también ciertos aspectos: están las quejas típicas en muchos festivales (colas enormes para conseguir las pulseras, para pedir bebidas, etc), o concretamente en éste los pocos nombres internacionales y la lejanía de la ubicación (que, no obstante, se compensó con buses-lanzadera al lugar). Pero personalmente lo que encuentro más importante -extendiendo esto a prácticamente cualquier festival porque no es un problema único de éste- es la escasísima presencia femenina en el cartel. En nuestra web ya hemos hablado de este tema, y tenemos el caso reciente del Azkena Festival, pero no está de más aprovechar la ocasión para recordar humildemente a los organizadores de festivales de nuestro país que no se trata de meter por narices alguna que otra mujer; se trata de que hay solistas mujeres, y grupos liderados por mujeres, con talento DE SOBRA para ser cabezas de cartel. Dicho lo cual, esta sexta edición del Granada Sound ha sido un éxito, sirviendo, como comentábamos al principio, para reafirmar su importancia dentro del territorio nacional, y para que los medios pongamos de nuevo el foco en una ciudad tan importante para la música española como Granada.