Además es un disco profundamente inspirado en la obra de Jesús Arias, una importante figura en el underground granadino de las tres últimas décadas fallecido en 2015 que, además, era hermano del alma-máter del grupo, Antonio Arias. Su personalidad y también algunos de sus poemas y canciones pueblan este nuevo álbum, que es a la vez un homenaje y un acto de justicia poética. Sobre todas esas cuestiones, y algunas más charlamos hace unos días con Antonio y Juan Codorníu en la terraza de un hotel en Barcelona, horas antes del concierto que ofrecieron en la Sala Apolo. La próxima parada de esta gira de presentación será el día 15 de diciembre, en la sala Rock City de Valencia (entradas aquí).
Han pasado 6 años desde ‘Zona de conflicto‘ hasta este nuevo álbum, que es el lapso de tiempo más largo que habéis tenido nunca entre álbumes. ¿A qué se ha debido?
Antonio Arias: La inercia que llevábamos de trabajo se rompió en 2010 cuando publiqué el primer ‘Multiverso’. ‘Zona de conflicto’ salió en 2011, pero había otros proyectos que llamaban más fuerte, como los dos Multiversos, porque surgió la oportunidad de trabajar con David Jou, Doctor en Física que trabaja aquí en la UAB, un gran divulgador científico y también un poeta increíble. Luego estaban también los discos de Los Evangelistas, solos y con Soleá Morente.
Juan Codorníu: Además, ten en cuenta que la reedición de ‘Omega’ nos ocupó mucho tiempo, porque fueron también los directos. La preparación de cada concierto de ‘Omega’ nos llevaba aproximadamente un mes de tiempo, con tanta gente implicada, ojo.
“[La muerte] de Jesús fue una explosión, y buscamos la manera de dar lo mejor de nosotros en cuanto a las letras, abrir la música…”
¿Entonces cuándo surge la oportunidad de volver a grabar con vuestra primera formación?
J: La primera reunión que tuvimos fue con la reedición de ‘Inercia’, y poco a poco se fue creando una dinámica de banda normal. Cuando acabaron esas giras, nos dimos cuenta de que Lagartija Nick estaban de nuevo consolidados y surgió la necesidad de sacar otra trabajo, entre otras cosas porque necesitábamos divertirnos con temas nuevos.
A: Durante la gira por las reediciones del catálogo de Sony nos lo pasábamos muy bien, teníamos un repertorio hecho y ningún compromiso. De ahí fue surgiendo la idea de hacer un disco nuevo. Nos decíamos en los viajes «¿queremos grabar un disco?» y todos gritábamos «sí, queremos grabar un disco». A partir de ahí fuimos sumando temas, el de Juan [NdE. ‘Nuda vida’] fue uno de los primeros… Cuando ocurrió lo de Jesús ya fue una explosión, y buscamos la manera de dar lo mejor de nosotros en cuanto a las letras, abrir la música, etcétera.
Mencionas la muerte de tu hermano. ¿Fue entonces ese el catalizador, la chispa que os hizo percibir que era el momento de grabar un nuevo disco?
A: Teniendo nuevas canciones y un sonido muy rodado, lo de mi hermano fue como una explosión que influyó en el disco, claro. Al final se reflejan en él cierta melancolía, cierta ira… un poco como las cinco fases del dolor. Pero desde antes teníamos claro que queríamos hacer ‘Agonía, agonía’, por ejemplo. ‘Europa, Europa’ sí la incorporamos después. [NdE: ambas son versiones de Qüasar, el último proyecto musical de Jesús Arias] También influyó en las letras. Queríamos recuperar algunos textos inéditos suyos que daban otra dimensión al álbum, porque implicaban una vuelta al lorquismo de las letras y escarbamos en nuestro alrededor más cercano, nuestras tradiciones. Muchas letras cobraban un nuevo sentido, polidimensionan el disco.
J: Ciertamente eso le dio consistencia, porque al principio los temas iban apareciendo de una manera dispersa y el homenaje a Jesús amalgama todo. Le da una coherencia, aun ocurriendo cosas diferentes. Le da una entidad, no de disco conceptual, pero sí de álbum, de trabajo completo, más que de canciones individuales.
El espíritu de Jesús, ya sea con sus canciones, sus letras o por la propia inspiración, impregna todo el disco. ¿Habéis llegado a percibirlo casi como un 5º (o 6º, porque lleváis un teclista en directo) Lagartija Nick?
A: Totalmente, es como traerle a la vida como colaborador necesario. Hay cierta nostalgia también de otros discos en los que trabajamos codo con codo, en el ‘Su’, en el ‘Omega’… Luego ya fue más aleatorio. También influye su figura como periodista y como víctima de las reformas laborales, que cargan eso de mala leche. Pero a la vez hemos querido hacerlo desde la estética, como una reivindicación fuerte en el fondo pero cuidando artísticamente la forma.
“‘La soledad es política’ o ‘La leyenda de los Hermanos Quero’ son evidentemente una consecuencia de ‘Omega’”
‘Crimen, sabotaje y creación’ conserva la esencia de Lagartija Nick pero también diría que es el primero, desde ‘Omega’, en el que introducís de una forma más clara el folclore. ¿Por qué ahora y no antes?
J: Yo creo que el disco tiene varios pasajes, van ocurriendo distintas cosas. En algunos recuperamos el sonido de nuestros tres primeros discos, no exactamente igual sino actualizado. Y luego está esa otra vertiente que recupera o investiga en el folclore andaluz, como ‘La soledad es política’ o ‘La leyenda de los Hermanos Quero’. Son evidentemente una consecuencia de ‘Omega’, pero igual que no volvemos a repetir exactamente el mismo sonido de aquellos discos no volvemos a hacer ‘Omega’, sino que llevamos un poco más allá esa influencia que ya forma parte de Lagartija Nick.
A: Estilísticamente en varios discos hay temas que han tenido la base de trabajo de ‘Omega’. Y también ten en cuenta que la reedición de ‘Omega’ ha llevado dos años de trabajo, hemos tenido que revisar unos 15 DATs, reescuchando todo aquel material, que creo que nos ha fortalecido musicalmente. No como recreación, en plan “vamos a hacer otra ‘Ciudad sin sueño’”, sino de hacer cosas distintas con esos mismos elementos.
Habladme un poco de ‘La leyenda de los Hermanos Quero’. En muchos sentidos, parece el tema central del álbum, como si todo el disco se vertebrara alrededor de él. ¿Es así?
A: “Los Quero” viene de una necesidad amorosa de reconocer a Víctor “Charico”, que es el cantaor que aparece en medio del tema. Es uno de los grandes de su tiempo, reconocido por todos los flamencos, pero tenía un pánico escénico tremendo, pasaba unos nervios terribles para subirse al escenario. Era el mejor de su generación, hasta Morente quiso producirle un álbum y él no se dejó. Él era íntimo amigo nuestro y murió, como mi hermano, víctima de una profunda depresión. Hablé con su madre y nos dijo que querían hacerle un homenaje, y no se nos ocurrió mejor manera que contando la historia de sus abuelos, porque los Quero son sus tíos-abuelos. Pudimos hablar con otro de los hermanos, que era adolescente cuando ellos murieron, y así mezclamos lo que se refleja en los libros con la historia oral.
“El disco se puebla de muertos, pero muertos con mucha vida”
Es también una historia de silencio, el de “Charico” y el que el régimen mantuvo sobre sus tíos-abuelos, de sacar el “teatro bajo la arena” que decía mi hermano [NdE: en el álbum hay una canción con ese título]. Ahí se subliman todas esas ideas, y además es una manera de reivindicar el Albaycín, el Sacromonte, no solo literariamente sino como un espacio telúrico que nos influye multidisciplinarmente. A partir de ahí nos dimos cuenta que su historia era la de la gente humilde, la gente del campo, que se relaciona a su vez con la sevillana de Gente del Pueblo que también versionamos en el disco, nos dimos cuenta que era su misma lucha. Todo empezó a fluir, Víctor, Jesús, los Quero… el disco se puebla de muertos, pero muertos con mucha vida.
También nos ofreció una manera de mirar el flamenco de otra manera: comienza cantando Juan Pinilla por granaínas, pero luego adquiere una dimensión de balada andina, a lo Víctor Jara, luego vuelve a aparecer el flamenco… La valentía de esas personas que estábamos reivindicando nos llevó a ser creativos a la hora de tratar palos que no habíamos hecho, con ojos ilusionados y nuevos. Porque el flamenco no es todo ‘Ciudad sin sueño’, que antes citábamos, con ese dramatismo, también hay una reivindicación popular.
Eso iba a decir, que se trata de una historia local que tiene una proyección universal. No solo como reivindicación de la memoria histórica, que aún sigue siendo una laguna, sino como inspiración proletaria contra las oligarquías, que es uno de los ejes del disco. ¿Está inspirado o guarda cierta relación con el hecho de que el revulsivo de la izquierda en España haya llegado del ámbito local?
J: Es cierto que es un disco comprometido políticamente y con los tiempos que corren, es necesario. En la buena tradición de la izquierda, se reivindica lo local pero siempre con una vocación internacionalista, de solidaridad internacional. La recuperación de esas historias locales, populares conectan con un universo más amplio. Eso, a la vez, es un concepto bastante contemporáneo.
“[Publicar en una multinacional] era una manera de utilizar el sistema para hacerte oír, como una especie de troyano”
También hay un claro enfrentamiento o denuncia del pensamiento único, dictado por las grandes corporaciones. Pero claro, habrá quien señale que lanzáis este discurso desde una multinacional. ¿Os resulta incómodo?
J: Hablando en términos de izquierda, la contradicción es algo propio de los movimientos que cambian la historia. [Risas] A ver, [NdE: Universal Music] nos han prestado ese apoyo, no nos han puesto objeciones absolutamente a nada y también era una manera de utilizar el sistema para hacerte oír, como una especie de troyano.
A: En nuestro caso no es la primera ve que publicamos con una multinacional y nuestra postura ya era esta misma, siempre ha existido este “juego”. Nunca se han metido con nuestras letras aunque siempre han ido en este sentido. En este caso, trabajamos con el mismo equipo que con la reedición de ‘Omega’ y tenían interés, aunque nosotros estábamos ya haciendo el disco por nuestra cuenta. Ellos se ofrecieron a amplificar nuestro discurso, y el hecho de destacar un single como ‘La leyenda de los Hermanos Quero’ es honesto y trasluce lo que cuenta nuestro disco. Ten en cuenta que, a su vez, nosotros somos la multinacional de las voces de nuestro barrio, los movimientos vecinales, en los que estamos muy implicados. Nuestro interés está en modificar nuestros barrios para crear un modelo de convivencia que sea fractal, que lo pequeño vaya determinando la política estatal. Por ejemplo, aquí en Cataluña se habla de una situación política, pero la realidad social es otra que es la que realmente merece nuestra atención, cómo humanizar una ciudad, Barcelona, que está invadida por el turismo. Ese discurso no interesa a nivel institucional. Pero al menos, aunque no a la velocidad que nos gustaría, sí se está creando un movimiento de base, desde el 15M en adelante, que sí se orienta a modificar ese modelo, trabajando de abajo a arriba.
“Ese hedonismo reinante, la autocensura… Es un poco como si el sistema político se hubiera trasladado a la música también”
El hecho de que reivindiquéis las canciones de Jesús Arias en Qüasar es, en cierto modo, una forma de rebeldía también, ¿no? Señalar que hay cosas bonitas sucediendo al margen de la industria…
A: A mi hermano se le acusaba de que hacía letras muy complejas y le decían “eso nadie te lo va a editar, nadie lo va a querer publicar”. Nosotros siempre hemos defendido esa manera de escribir. Se trata de sacar a la luz esa contradicción, cuando los propios músicos se censuran a sí mismos o a otros creadores dando por hecho que eso es impublicable. Curiosamente, en un lenguaje que a priori parecía más hermético, está resultando de los más comprensibles. Es cierto que… Nosotros queríamos sacar como primer single una de las versiones de mi hermano [NdE: se refiere a ‘Agonía, agonía’, como al final ha sucedido] y la compañía nos dijo “es que la letra dice “mi miedo a morir”…”. [Risas] Y nosotros queremos incidir en eso, en el orgullo de demostrar que estas canciones pueden ser singles. Necesitamos que nos apoyen en esta otra manera de ver la música, que en el fondo es otra manera de ver la sociedad. De lo otro, ya hay mucho, ese hedonismo reinante, la autocensura… Es un poco como si el sistema político se hubiera trasladado a la música también.
J: En cierta medida también hay un alegato a la diversidad. De la misma manera que hay otras andalucías, otras cataluñas, también hay otra manera de escribir canciones y letras. Y huir un poco del pensamiento único, como mencionabas antes, que intenta simplificarlo todo al extremo, de una manera exclusivamente dual y que te hace sentirte excluido porque no te sientes reconocido. Y entre ambos polos, hay un arcoiris.
¿Hay algo que hayáis descubierto o aprendido sobre él, sobre Jesús, durante la creación y grabación del disco?
A: Varias cosas… Hay un detalle en el disco y que yo no recuerdo haber hablado nunca con él… En el proceso de “violación” de sus cosas personales, después de su muerte, descubrimos un proyecto para Lagartija Nick que se llama Megadrive. Consistía en musicar una carrrera de Fórmula 1. Los movimientos eran “Entrada a boxes”, “Salida”… [Risas] Una cosa muy loca. Y lo incorporamos en el corte que cierra el disco, ‘Exilio/Adagio Súbito’, junto con esa composición orquestal que encontró mi hermano José Ángel y que había hecho él en el 99, empleando solo un ordenador. Posiblemente si me lo hubiera llegado a comentar en su momento le hubiera dicho “esto es una locura”, pero observado a posteriori adquiría sentido. Él era una de esas personas que tienen varias capacidades y son brillantes en todas ellas. Otra cosa en la que nos hemos inspirado en él es el arte del disco, esa estética fanzinera, poniendo entrevistas aquí y allá entre los textos del disco, de modo un tanto aleatoria. Él acumulaba montañas de fanzines que coleccionaba. Es un guiño a su faceta periodística, también.
¿Cuál ha sido el tema más difícil de sacar adelante y por qué?
A: Seguramente uno de los más sencillos. Siempre suelen ser los más complicados de acabar… [Risas]
J: Las sevillanas… [NdE: ‘Soy de otra andalucía’, adaptación de Gente del Pueblo, conjunto folclórico andaluz con letras proletarias, en activo desde los años 70]. No nos metíamos muy bien en el riapitá-riapitá.
A: ¡Es verdad! La habíamos ensayado alguna vez por encima y parecía que estaba. Pero cuando estábamos cerrando ya las sesiones de las bases, que las tocábamos todos en directo, y no pudo ser. Tuvimos que hacerla al final con claqueta…
J: Ya en la grabación, David Fernández, que toca la batería en ese tema, se trajo unas castañuelas y así conseguimos meternos todos en ello.
A: También nos ayudó mucho que viniera a la grabación uno de los integrantes de Gente del Pueblo, José María Carrillo, que ha metido voces. El hecho de que él se implicara nos motivó un montón.
Habéis reeditado discos ‘Hipnosis’, que se había descatalogado. ¿Prevéis reeditar más discos?
A: Sí, ahora por fin Sony va a hacer una reedición en vinilo y CD de los suyos, que son ‘Inercia’, ‘Su’ y ‘Val Del Omar’. Curiosamente pienso que este disco despierta un poco la necesidad de revisión, de mirar atrás con otra perspectiva, sin las pocas miras que pienso que se trataron algunos de aquellas obras. En algunos de ellos la propuesta estilística será censurable, ¡pero artísticamente no! [Risas]
“La música es mal mundo para la justicia”
¿Cuál es vuestro disco que creéis que fue más injustamente tratado y que os gustaría reivindicar?
A: El mundo de la música es muy malo para la justicia. [Risas] Incluso uno mismo odia algún trabajo y años más tarde te gustan y… Arrepentimiento, desde luego, no. Hay discos que se han hecho más apresuradamente que otros, como ‘Larga duración’. A veces entras en esa dinámica, necesitas un disco porque tienes todas las fechas del año siguiente cerradas a condición de presentar un álbum y te dejas llevar. Como decía, la música es mal mundo para la justicia y lo puedes pasar muy mal si entras en esa dinámica. Es mejor decir “¿por qué lo has hecho? ¡Pues porque te ha dado la gana!”. Porque has querido y porque has podido, en ese momento te ha parecido que ese era el mejor disco que podías sacar. Como decía Juan Ramón Jiménez, “¡No le toques ya más, que así es la rosa!”. A veces te salen rosas y a veces te salen cardos, pero siempre hemos preferido editar a no hacerlo. Si hemos tenido un dinerillo lo hemos empleado en hacer algo nuevo, la necesidad de evacuar es mayor que la necesidad de ser reconocido. Por ejemplo, ahora estábamos comentando que aún no tenemos un disco en directo, y va siendo hora.
Es curioso que cites ‘Larga duración‘, porque es un favorito personal mío, y yo pienso que quizá mereció mejor suerte…
A: ¿No ves? [Risas] Pues es que llegó después de ‘El shock de Leia’, que había funcionado muy bien, pero poco después empezaron a surgir los “Omegas” [NdE: llama a sí los conciertos en los que interpretaban su mítico disco con Enrique Morente]. Ten en cuenta que un “Omega” te ocupa todo el mes. ¿Sabes lo que es ensayar con tanta gente? Una de dos: o se te cae el pelo o te vuelve a nacer… [Risas]
Este año se ha publicado un disco-homenaje en el que grupos como Amaral, Triángulo de Amor Bizarro, Perro… hacen versiones vuestras. ¿Qué os pareció? ¿Os atrevéis a citar vuestras favoritas?
A: A mí me encanta ese disco, porque te ves reflejado en generaciones que te dicen “yo nací el año en que publicasteis ‘Inercia’”. Por ejemplo Trepàt…
J: Yo iba a decir esa, la de Trepàt me gusta mucho.
A: La de Trepàt está de puta madre porque es muy tecno, así como lo hacen ellos, con mucho descaro. La de Triángulo también, porque se la llevan a otro lado… Y Perro, que han cogido una canción muy rara que se llama ‘Porno-Stereo’ y, la verdad, me hubiera encantado a mí tener esa visión para hacerla. Ellos la hacen mucho más Devo, más angular, ojalá se me hubiera ocurrido a mí.
J: Curiosamente Alberto, el batería de Trepàt, está tocando ahora con nosotros cuando Éric no puede.
“[‘Omega’] es un Kraken. Lo devora todo”
¿Cómo valoráis el hecho de que hoy artistas como Rocío Márquez, Rosalía, Niño de Elche, Soleá Morente… estén hoy en el primer plano de la música popular, no solo del flamenco? ¿Sentís que ‘Omega’ tuvo un poder educador que propicia que esto sea posible ahora?
A: Es un buen punto de vista, el valor formacional de ese disco. También la sensación de inclusión, de formar parte de algo. El otro día tocamos con Niño de Elche y con Toundra [NdE: su proyecto conjunto, Exquirla] y hablábamos de eso con ellos, sentimos que formamos parte de algo. En nuestro caso hemos aportado lo poquito que hemos podido en ‘Omega’, que es un disco enorme, gigante, mundial. Poder formar parte de todo eso es genial. Por ejemplo, Niño de Elche nos contó que en su próximo disco, que sale en 2018, incluye una recreación de la estructura musical de Val del Omar [NdE: Lagartija Nick dedicaron todo un disco llamado así al cineasta, inventor y escritor granadino]. Sientes que formas parte de ese camino iniciático cultural en el que siempre hemos incidido, aunque hay cosas que lucen más y otras menos.
Decías que ‘Omega’ es un disco enorme. ¿Creéis que la entidad de ese disco ya incluso os supera a vosotros mismos?
A: Sí, es un disco que juega en otra liga totalmente distinta.
J: Es un Kraken. Lo devora todo. [Risas]
Bueno, igual con este disco habéis logrado escapar un poco de él, ¿no?
A: Bueno, a veces nos preguntan “¿no os jode que ese disco haga sombra a todo lo que hacéis?”. Yo digo como decía Enrique: “Parece que este les gusta…” [Risas] “Con el trabajo que le cuesta a la gente acordarse de un disco nuestro de un año pa otro”, decía él… [Risas] Es un orgullo. El año pasado el estreno del documental aquí en Barcelona, en el In-Edit, fue apoteósico: 10 minutos de aplausos, tuvimos que hablar antes y después de la proyección, los conciertos… Cabe recordar que Leonard Cohen fue su primer promotor, yendo a las radios a hablar del disco.