«Estoy de acuerdo con Guille Milkyway en que vivimos una etapa fascinante en la música pop, una era en la que los estilos fluyen sin barreras y no hay convenciones ni preconcepciones. Conforme a eso, el paso dado por Lykke Li en ‘So Sad So Sexy’ va en esa excitante línea, al menos si nos atenemos a sus dos avances. Tanto ‘hard rain’, con producción de Rostam que termina derivando al hip hop pese a su inicio baladesco, como ‘deep end’, más uptempo, son un reflejo de cómo el hip hop contemporáneo se va filtrando como una influencia ineludible en muchísimos artistas aparentemente alejados de ese género. El resultado es fascinante, cómo la esencia creativa de Li no sólo convive sino que se mimetiza con ritmos rotos o retorcidos y apitufados efectos vocales, resultando dos canciones personales pero abiertas, situadas en el presente». Raúl Guillén.
“¿Ha llegado el momento ‘blonde‘ de Lykke Li? ‘hard rain’ y ‘deep end’ son dos canciones con ritmos trap que proponen una belleza extraña a través del uso de voces manipuladas y la presencia del “Prismizer”, al servicio de unas composiciones mágicas y contemplativas. ‘deep end’, gracias a su estribillo “swimming pool, swimming pool, indigo, deep blue, deep blue” es la más instantánea, pero ‘hard rain’ va revelando su poder poco a poco a través de un mantra que puede encontrarse entre lo más emotivo compuesto por Li jamás. Dos aciertos”. Jordi Bardají
«‘hard rain’ abrirá el próximo disco de Lykke Li creando una conseguida sensación de misterio, dejando momentos de una belleza y magia indudables, como cuando entra su voz, cuando esta se empieza a desdoblar, la introducción de la caja de ritmos o esas pocas notas de piano. Tras esta suerte de intro, ‘deep blue’ es un single más inmediato, gracias a un estribillo muy tarareable que desemboca en un simpático riff de piano, aunque no sé si su letra «piscina, piscina, piscina, piscina, añil, azul profundo, azul profundo» tiene la universalidad de ‘Little Bit’ o ‘I Follow Rivers’. Claro que más aún me repelía la imagen de Sia y el candelabro de techo, y ahí subida hizo historia». Sebas E. Alonso
.«‘I Never Learn‘ es uno de mis álbumes favoritos de los últimos años, pero, en cierto modo, me alegra que Lykke Li haya dado este cambio: antes de pedir otro álbum igual, hay que pensar que un artista no es un Sim, y que ‘I Never Learn’ no sale de la nada, las maravillas de ese disco se compusieron desde un dolor tremendo (no hay que ser un lince para suponer que la sueca no sacó de un sitio luminoso de su ser eso de «I’m right here, I’m your star crossed lover / I lie here like a starless lover / I’ll die here as your phantom lover / Never learn, I never learn»). Se entendería, pues, que estos dos temas no tuviesen la misma calidad… pero es que sí la tienen. Li intenta tachar el «sad» mientras entrega dos canciones con un enfoque hip-hop: ‘hard rain’ con un tratamiento de voces al que nos ha acostumbrado Frank Ocean, y que aun así guarda relación con los sonidos de ‘Wounded Rhymes’ gracias, por ejemplo, a sus coros, y ‘deep end’, que es, sin duda, la ganadora del dúo. Y es que aunque ‘hard rain’ sea un buen tema, ‘deep end’ está ya a otro nivel. Más uptempo que la anterior, y con un tono marcadamente sensual en estribillos y puente, la sueca se acerca al punto de ‘Get Some’, pero añadiendo aquí un deje melancólico que define a la perfección ese ‘so sad so sexy’. Ya tuvimos un ‘I Never Learn’, no es necesario que la autora de ‘Gunshot’ se machaque emocionalmente para hacer otro, y mucho menos si aun así entrega temas de primer nivel como son estos». Pablo N. Tocino.