Explica por ejemplo, por qué decidió marcharse, refiriéndose reiteradamente a la importancia de la «internacionalización de su caso»: «En un principio quería entrar en la cárcel. Pensaba que podía hacer más daño al Estado desde dentro. Después comparé los casos de los políticos catalanes y vi que estando en el exilio se puede hacer más daño al Estado que estando en prisión. Fíjate en lo que le sucede a Junqueras. Por dar una entrevista estuvo en aislamiento una semana entera y no pudo ir ni a misa. Eso a mí no me interesaba para nada. Desde fuera puedo seguir denunciando y trabajando y, sobre todo, en libertad».
Habla también de su relación con Puigdemont, que define como «relación de exiliado» e «ideológica»: «Esas cosas que se dicen de si necesitas algo, tal, pues eso. Lo normal cuando hay varias personas exiliadas en el mismo sitio y que vienen del mismo lugar. Supongo que la misma relación que tú tendrías si te tienes que exiliar con otra gente. Es cierto que me ha apoyado mucho moralmente y también que tuve la oportunidad de ir a explicarle mi caso cuando él llegó a Bruselas. Me ha ayudado a internacionalizarlo, claro». Añade que «la independencia de Catalunya debilitaría a la burguesía española y al Estado español. Por lo tanto, la independencia de Catalunya me interesa porque a largo plazo puede hacer que España tenga una República popular»; y que «el Estado español desplegó las fuerzas policiales del fascismo en Catalunya y eso nos han sensibilizado a muchos con el tema de Catalunya y su falta de libertad».
Sobre el nuevo presidente del gobierno, Pedro Sánchez, dice: «En el momento que puso el mensaje la libertad de expresión era un tema central del debate y nosotros estábamos ganando así que a ellos les interesó rascar ahí para ver si sacaban algo. Pero ahora que es presidente del Gobierno no ha dicho nada. También es cierto que la Justicia es la Justicia y el Gobierno es el Gobierno. Lo que reclamamos es una separación de poderes. Pero sí, ahí está la doble cara de la política». Sobre la posibilidad del indulto, declara: «para pedir un indulto hay que pedir perdón y reconocer que has hecho algo mal. Y no estoy dispuesto a pasar por ahí. No considero que haya hecho algo malo».
También habla sobre la banalización de la palabra «terrorismo» y la resolución de la justicia belga a su favor: «La verdad es que confío en la Justicia belga y creo que lo que en España es terrorismo aquí no lo es. Y lo que en España es injurias a la Corona aquí no lo es. Por lo tanto, no voy a salir condenado en Bélgica porque no hay doble incriminación. Además, la apología del terrorismo es un delito que no existe en Bélgica. En todo caso, existe la inducción al terrorismo. Las autoridades españolas, de hecho, tradujeron mal la euroorden y dijeron que yo había inducido al terrorismo. Y no es así. Además, la inducción al terrorismo en Bélgica se introdujo en el Código Penal en 2014 y mi delito es de 2012. Y las leyes son irretroactivas. Vamos a ganar el caso. Intentaron hacer trampa».
Finalmente, habla sobre hacer un disco con metales y sobre el viaje que planea hacer a Sudamérica si queda libre.