La gira de Trending Tropics que llega estos días a nuestro país, pasando por Barcelona hoy lunes 22 de octubre, Madrid (24 de octubre) y BIME (25 de octubre) no es una gira cualquiera. El proyecto ideado por Visitante de Calle 13 y Vicente García, en vivo acompañados de otros 3 músicos, está liderado por un robot que desplegará las voces de los muchos artistas que han colaborado en su disco. Están Vetusta Morla, Li Saumet de Bomba Estéreo, Ziggy Marley o Ana Tijoux (también ha tocado la guitarra el colaborador de Bowie Carlos Alomar), pero parece que todo el mundo tiene claro que aquí el protagonista no será ni ninguno de ellos ni la fusión de lo latino con lo electrónico. Si el disco habla largo y tendido sobre cómo nos han dominado las nuevas tecnologías, sobre lo que está siendo «el futuro» tan entrado ya el siglo XXI, sobre lo obsesionados que estamos con los smartphones… será solo para que terminemos haciendo una foto con el móvil a la pantalla del robot en el que salen vocalistas famosos. Hablamos con Visitante (a la derecha) sobre esta absoluta… ¿ida de olla? Foto: Fran López Reyes.
El disco comienza hablando de un mundo apocalíptico y sentenciando que «el futuro ya pasó». ¿En qué año se sitúa la acción?
Es el mundo actual. Plantea un «reset» y el comienzo de una nueva era, habla de lo social y la tecnología, de la religión y la tecnología. El disco trata de presentar una realidad, sin ser crítico. Propone una distorsión de lo que nosotros pensamos que iba a ser el futuro, como si ya hubiésemos vivido el futuro y estuviéramos en una versión «low cost» de lo que pensábamos que iba a ser el futuro. Pone al ser humano en una posición de decir: «¿estamos viviendo el futuro o no? ¿el futuro ya pasó?».
¿Qué quieres decir con que el «futuro ya pasó»?
No es algo de predicción. Es como que lo que nosotros pensábamos que era el futuro ya no existe. A este momento deberíamos llamarlo otra cosa: ni pasado ni presente ni futuro. Es la versión de bajo presupuesto que decía. Estamos súper conectados con la tecnología, pero recién ha sido mi cumpleaños, he recibido montones de mensajes, pero sólo me llamaron 3 personas. Cuando me llamaba alguien decía: «¡¡¡muchas gracias por llamar!!!».
¿Pero tú sí llamas?
A mí me gusta llamar, ¡yo soy el que se rompe las bolas llamando!
El caso es que te imaginabas el futuro de otra manera y te ha decepcionado…
Cuando uno es chamaquito, ves ‘Back to the Future’ y te lo presenta de otra manera. Estamos conectados y al mismo tiempo desconectados.
¿Cómo te imaginas el año 2500?
No me lo imagino, pero hace poco estaba googleando y una persona empezó a predecir cómo iba a ser el futuro. Me parecía súper curioso que decía que el humano iba a ser inmortal.
Es una cuestión ética que iría más allá, pero claro, no lo podemos descartar…
Hay un tema en el disco que habla de eso, ‘La muerte de la muerte’, es la búsqueda de la inmortalidad. Lo propone pero no lo critica.
Es la segunda vez que repites que el disco no tiene una visión crítica, ¿por qué insistes en eso?
He hecho algunas entrevistas y como que entran con el lado de la crítica. Yo creo que fue por el vídeo de ‘Elintelné’, en el que al final te aplasta tu teléfono, porque hay días que estás todo el día pegado al teléfono. Pero el vídeo también plantea no solo que te aplaste el teléfono, sino que a lo mejor entras en otra dimensión.
«No digo que ser crítico sea bueno o malo, pero el disco no es una crítica. Yo soy un yonqui de la tecnología brutal. No me siento tampoco en el papel de criticar algo que me gusta»
Pero reflexionar sobre eso o ser crítico no es malo…
No digo que ser crítico sea bueno o malo, pero el disco no es una crítica. Yo soy un yonqui de la tecnología brutal. No me siento tampoco en el papel de criticar algo que me gusta. En el estudio de grabación la tecnología es súper importante y todo lo que registras lo haces en una computadora. La tecnología en la creación juega un papel súper importante.
‘El síntoma de un músico’ es una canción súper triste que habla sobre «vivir sin ser oído». También necesitas la tecnología para que te escuchen…
Es la primera vez que canto en una canción. Te soy honesto: me dio mucho trabajo conectar con ese tema, me costó cantarlo y registrarlo. Es un documento histórico (risas). Me da un poco de vergüenza escucharme todavía. Es un tema súper triste, qué bueno que lo agarraste por ese lado. Yo tengo tinnitus, y el tema está comparando la presencia de un ser humano con el tinnitus, que no es un sonido, sino algo que el cerebro crea por una pérdida de audición. En el tema, el humano entra y decide vivir en el oído por siempre. Es el recuerdo de esa persona.
Muchos músicos tienen este problema…
Es el sobreuso: querer rockear y querer escucharse increíble lastima.
¿Cómo te lo has tomado? ¿Tuviste un momento de negación o de asimilarlo o siempre lo has llevado bien?
Yo creo que me lo he tomado bastante bien. Cuando eres consciente de ello… mira… ahora mismo lo estoy escuchando. Hay momentos de alivio como el avión, porque el sonido se confunde. Trabajar en el estudio también. Pero no es chévere darse cuenta de que uno no está escuchando lo que realmente está sonando.
El disco tiene ese poso triste o decepcionado sobre lo que está siendo «el futuro», pero también tiene el mensaje de que bailar es algo que siempre nos va a quedar, no importa lo que pase. Se nota en el tema con la cantante de Bomba Estéreo, ‘La Enfermedad’.
Sí, de hecho, en el disco original había un orden, era un cuento con principio y final. Empezaba por ‘El futuro ya pasó’, luego seguimos con la guerra ‘No Reasons to Fight’, luego la ‘Enfermedad’, la obsesión… Había una historia. Pero si nos dejábamos llevar por ese cuento, perdía el ritmo, (el disco, por su secuencia) se desbalanceaba. ‘La Enfermedad’ se sale de la temática del disco, pero sónicamente sí es afro… folclor con electrónica…
En la secuencia original, que sí contaba una historia, ¿cuál era el final del disco?
Era ‘Elintelné’.
¿Cómo ha salido la colaboración con Vetusta Morla? ¿Habéis podido quedar en persona?
Claro. La única que no pudimos hacer en persona fue la de Ziggy Marley. Vinimos Vicente y yo hace unos meses y cuadramos con Guille y con Pucho (de Vetusta Morla). Teníamos más o menos la música hecha, y la grabación de Carlos Alomar, que colaboró en el tema. La propuesta estaba avanzada a nivel musical. Esa colaboración la sentí bien chévere, los sentí entusiasmados.
Para ellos es también algo diferente, es la canción menos latina del disco, y aun así es diferente para ellos.
Hay un «edge», sí…
¿Vetusta no conocieron a Carlos Alomar?
No. Esa parte la grabé en Nueva York porque Carlos vive allí.
¿Sabes si Vetusta Morla van a ir a tu concierto?
Estaría chévere, me encantaría.
«Quiero promover que el ruido de ‘Reasons to Fight’ lleve a la gente a darle a «skip». La pieza no se completa hasta que no se le da a «skip» a esa disonancia, que representa la guerra»
Ya que has mencionado la canción de Ziggy Marley, ¿es irónico lo de que «no hay razones por las que luchar»?
Dentro del orden que te había dicho, estaba el principio, «el futuro ya pasó», pero sigue la guerra. Este tema tiene al final un minuto de disonancia. La idea es que estoy representando la disonancia con la guerra. Lo que yo quiero promover es que ese ruido lleve a la gente a darle a «skip». Lo que quiero es que el «no quiero esta disonancia, porque la guerra es disonancia» lleve a la gente a darle a «skip». Que la gente sea el autor que cierre la composición. La pieza no se completa hasta que no se le da a «skip» a esa disonancia.
¿Por qué decís que el robot no tiene sexo?
Porque sí.
«La banda va a depender de este aparato como cantante principal, y no sé si la gente se va a enfocar en la pieza esta, que me parece bien, no es una crítica (…) Al final la gente no va a hacerle mucho caso a los humanos»
Pensé que podía ser por el fin de los roles de género, o porque los robots no tienen sexo.
Los robots no tienen sexo. Era un juego de palabras y queríamos que fuera asexual, se llama Elle, que se puede leer como «él», «ella» en francés… Queríamos jugar con eso y que le pudieses dar las características que quieras. La palabra «robot» le da mucha responsabilidad al aparato, porque piensas que un robot te va a resolver la vida. A veces prefiero decir que es una pieza de plástico. Lo hizo Jesús Gómez, que es un artista plástico, y quería evitar la palabra «robot», aunque de cierta manera explica el asunto. Es una figura importante porque quiero que se represente la dependencia de la banda a un aparato tecnológico. La banda va a depender de este aparato como cantante principal. Quería que la gente se enfocara más en el asunto del taller de producción, la música… pero no sé si la gente se va a enfocar en la pieza esta, que me parece bien, no es una crítica. Me parece bien que la gente saque su teléfono y vaya a estar viendo una pantalla (la del «robot») a través de la pantalla. Es como una «inception» de la puesta en escena. Al final la gente no va a hacerle mucho caso a los humanos.
¿Cuántos sois en directo?
Somos 5.
O sea que va a ser bastante orgánico…
Exacto.
¿Y el robot lleva dentro canciones de Calle 13?
No, no, no. Ya fue. Calle 13 ya fue.
Lo dices muy seriamente.
La propuesta de Calle 13 no entra en el marco. Acuérdate que el futuro ya pasó (risas). Calle 13 quizá formó parte de ese futuro pero no entra en esta cosa de Trending Tropics.
«Estoy seguro de que el sello no se hubiera interesado por Trending Tropics si no hubiera existido Calle 13»
¿Pero lo recuerdas como mal…?
No, no. Fue una propuesta con la que aprendí un montón, pero que también creo que ya hizo lo que tenía que hacer. Está chévere empezar con una cosa nueva. No desde cero dada la experiencia y los amigos que he hecho. Todo ayudó a que Trending Tropics se desarrollara. Estoy seguro de que el sello no se hubiera interesado si no hubiera existido Calle 13.
Es arriesgado. Hay precedentes de robots como un poco Daft Punk, a Gorillaz al principio no se les veía… No sé qué expectativas tienes.
No hay afán. La puesta en escena va a jugar un papel súper importante. No sé lo que va a pasar. He visto vídeos de bandas de robots, pero aquí se mezcla lo humano con el aparato, no sé. Realmente no tengo ni idea: la mente en blanco.
¿Cómo transportáis al robot? Me imagino que le estaréis mimando.
En esas cajas negras que veis ahí (NdE: parecen de instrumentos). De hecho, la primera vez que lo trajimos lo abrieron los del DSA gringo, empezaron a desconectarlo y a ver qué había. Hay que ir con mapitas y explicación de lo que es. Y en los dos últimos viajes no hemos tenido problemas.
Ahora que te has animado a cantar, ¿no te planteas hacerlo con todos los temas?
No, no, no.
¿Fue de los últimos en entrar en el disco entonces, el tema en el que cantas?
El penúltimo tema. Me parece gracioso que me pregunten eso. Mi voz es rara. Como productor tengo un gran nivel crítico. Grabé dos veces la canción por inseguridades mías. Con la segunda interpretación estaba más conectado con lo que estaba proponiendo en el tema.
Hay sonidos muy diferentes en el disco, ¿de qué estás más orgulloso? ¿Qué no habías hecho antes?
Yo creo que el orgullo y el desafío de este disco es que todas las colaboraciones trataran de estar cerca de un camino, de que el futuro ya pasó. En sonido es más ecléctico, pero en temática es similar.