Música

Yves Tumor / Safe in the Hands of Love

«Deja que la leona en ti fluya libremente». Esto es más o menos el nombre de la canción que cierra el último disco de Yves Tumor, y esto es lo que parece querer decirnos desde esas fotos promocionales (¿las mejores del año?), en las que aparece hecho una fiera, como si estuviera dispuesto a comerse el mundo. O como si se hubiera acabado de escapar del Castillo de If, listo para cobrarse la peor de las venganzas. ‘Safe in the Hands of Love’ es su tercer álbum, pero el primero para el prestigioso sello WARP, hogar de gente tan influyente como Aphex Twin, Boards of Canada o Broadcast.

Throbbing Gristle son según él mismo la influencia más importante en su carrera, algo muy palpable en este disco que fluctúa por tantos estilos y territorios que casi podemos considerar su vía atrevida la que tiene que ver con el pop. Como en la carrera de la banda británica, aquí hay lugar para algo parecido al jazz (‘Faith In Nothing Except In Salvation’ parece una banda sonora de los 60), para la electrónica de diverso origen (‘Lifetime’ bebe del breakbeat de los 90), para el ruido (‘Hope in Suffering (Escaping Oblivion & Overcoming Powerlessness)’) y para cierta concesión rock (en concreto al de los 90 en ese single que comparábamos tan pronto con Avalanches como con Stone Roses, ‘Noid’). Es como si lo verdaderamente provocador en 2018 no fuera hacer un disco como ‘Syro’ de Aphex Twin, sino en un mismo álbum meter una canción tan accesible y maravillosa como ‘Licking an Orchid’… unos pocos minutos antes de algo como la monstruosa y terrorífica «Hope in Suffering».

Y ‘Licking an Orchid’ es una composición realmente maravillosa, gracias a su folkie sección de acordes a la guitarra acústica y a su seco ritmo de batería, casi en la estela de las cajas de ritmo del trip-hop. Yves Tumor aparece en ella realizando un ambiguo papel, pues aunque ha contado con la cantante James K en una estrofa tan bonita como intrigante («he llegado al vientre de nuestra madre buscando un pedazo de ti / recientemente he estado llorando, ¡llorando!»), es él quien adopta un personaje femenino en busca de ayuda. «Por favor, vuelve a casa», entona, tras decir: «puedo ser la única chica para ti / quiero apretarte más fuerte / ¿puedo llevarte a casa? / quiero ser la que te abrace más fuerte / de lo que nadie haya hecho antes». El llanto sonoro que se desgarra a partir del minuto 3 de este corte merece toda nuestra atención.

Aunque en ocasiones las letras parezcan random, tiradas al azar, como es el caso de ‘Noid’ a la altura de “a symptom, born loser, statistic”, esta contiene un mensaje sobre marginalidad, “depresión”, “síndrome de estrés postrumático” y brutalidad policial; y en general, sus textos suelen componerse más bien de mantras repetitivos, breves y abiertos a la interpretación. Los resultados son desiguales, pululando entre la tristeza y el desconcierto. En ‘Honesty’, un tema que reinterpreta el house tan a su bola como la última Róisín Murphy, encontramos humor («te acabo de conocer, pero no puedo vivir sin ti»); y en el R&B reptante de ‘Economy of Freedom’, desconcierto («¿no vas a llorar a mi lado? / están tan cansados de mí»). Pero ‘Recognizing the Enemy’ es algo emo en su sentimiento de culpa, haciéndote preguntar si su inspiración post-grunge es autoparódica («no puedo reconocerme a mí mismo / viviendo dentro de mi propio infierno») o va completamente en serio. Sus entrevistas, entre lo descacharrante y lo ridículo, en las que ni siquiera revela si su verdadero apellido es Bowie o no, no aclaran mucho.

No hay duda de que hay humor y atrevimiento en este álbum. Y ganas de generar inquietud. Porque justo cuando logras recostarte en la locura que contiene ‘Let the Lioness In You Flow Freely’, que podría ser a su directo lo que ‘You Made Me Realise’ es al de My Bloody Valentine… la canción se corta para incluir una outro sampleada de la banda sonora de una película de terror de los años 80, ‘Demon Queen’. Con Jan Haflin sonando celestial en ‘Angelfire’, no sabes si Tumor ha querido llevarte al cielo, al infierno o burlarse de la inexistencia de ambos. Es curioso que se asuma que los discos más personales son aquellos que narran un divorcio o un duelo para un artista, porque ‘Safe in the Hands of Love’ es un disco personal hasta decir basta. Casi en exceso. Como pasa con otros artistas como Ariel Pink o Mac DeMarco, ellos y solo ellos son el nexo de unión en su obra: solo Yves Tumor sirve de enlace en esta amalgama de sonidos que nada tiene que ver entre sí. ¿Estás dispuesta a entrar en su universo?

Yves Tumor actúa este sábado 10 de noviembre en MIRA Festival.

Calificación: 7,9/10
Lo mejor: ‘Licking an Orchid’, ‘Noid’, ‘Lifetime’
Te gustará si te gustan: los artistas que son un género propio por encima de cualquier otra cosa, incluidas las canciones.
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: Yves Tumor