Todo esto se traduce en una canción que, aunque se publica oficialmente el próximo 1 de marzo, hoy se presenta con un lyric-video dirigido por Sikoliu: una suerte de collage visual que alterna imágenes de archivo ligadas al rock con filmaciones actuales de la autora e intérprete, todo ello sazonado con películas de ciencia ficción o documentales sobre la carrera espacial. Cabe recordar que la propia Anni nos habló de lo muchísimo que le interesa la astronomía y la ciencia espacial. Una fascinación que ahora ha convertido en estética de esta nueva andadura que, de manera casual, conecta en cierto modo con la empleada por Zahara en su último trabajo.
Una estética que va que ni pintada para el trallazo de pop psicodélico propulsado por sintetizadores de sonido retro que es este single. Y es que, aunque pervive en su melodía esa herencia de los 60s y 70s que ha nutrido sus canciones desde el principio, Bradshaw y Anni B Sweet derivan ‘Buen viaje’ a territorios que remiten al psicorock de los primeros Tame Impala –ese puente previo al final– y, también, al viraje electrónico que supuso el espaldarazo comercial de Lori Meyers, especialmente en su impetuoso arranque.
Sin embargo, pese a la euforia que transmite ‘Buen viaje’, hay también cierto poso amargo en su subtexto: aunque supone una esperanzada mirada al futuro, emprender ese camino supone dejar atrás algo o alguien que, por más cariño que le tengamos, no nos permitía avanzar. Es un canto a la libertad, sí, pero a la vez conserva (ese «me hubiera gustado haber estado contigo») un punto de dolor por lo que se pierde. Es, en todo caso, una inmejorable forma de reenfocar la carrera de Anni B Sweet.