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Especial Eurovisión (11 de 42): los cambios que acercan ‘La venda’ al «pop comercial» le quitan salsa

A las 00:00h de hoy, una hora muy española para seguir en pie un miércoles, se ha estrenado el vídeo oficial de ‘La Venda‘ y, lo que es más importante, la versión final de la canción que presentará el triunfito Miki Núñez en la fase final de Eurovisión 2019, a celebrarse el próximo mayo en Tel Aviv, Israel. Sobre el clip, la verdad es que es muy simpático y apropiado para la canción, con toda la pinta de anuncio de cervecita. Dirigido al alimón por Adrià Pujol y Fèlix Cortés, presenta dos «tramas» (quizá esto es mucho decir) paralelas: una en el centro de Barcelona, donde dos chicos practican parkour mientras despliegan por las paredes de la ciudad pegatinas y carteles –cuando no graffitis– donde se lee «la venda ya cayó»; la otra discurre en el recoleto Mercantic de Sant Cugat del Vallés, y entre sus coloridas casetas la peña acude a la llamada de Miki para despertar del letargo de sus vidas y bailar. Y ya está, ese es «el mensaje» que prometían las declaraciones del intérprete catalán, implícito en la letra del tema.

Lo más importante y llamativo está en la nueva producción de la canción que, en palabras de RTVE, incluye «unos arreglos musicales que la acercan al pop comercial pero sin perder su esencia de charanga y sonido mediterráneo». Esto se traduce en un trabajo de Roger Rodés (Macaco, Estopa… Manu Guix) que, aunque eleva la calidad sonora, también se empeña en llenar todo de filtros, especialmente la voz de Miki y los metales, hasta hacer parecer a estos últimos sintéticos, casi una caricatura.

También se esfuerza por introducir arreglos que no se explican muy bien ni atinamos a identificar como exactamente modernos: un subcoro vocal de inspiración «lolololo» y, sobre todo, la ocurrencia de meter unas gotitas de falseta pseudoflamenca en la apertura del puente, no vaya a ser que a alguien se le olvide que la canción representa a España. Viene a ser la flamenca colocada sobre el televisor hecho música. Así las cosas, personalmente prefería la versión producida por el menos conocido Oriol Padrós, que tenía más «salsa», con un punto orgánico muy favorecedor y una bonita marimba de fondo que aquí ha desaparecido del todo, tristemente. Aun así, quizá estos detalles importen poco al público europeo y estos se dejen llevar por el espíritu festivo y de pachanga que la canción en ningún caso pierde.

Calificación: 5/10
En los foros de Eurovisión se dice: “Sigo sin poder con los lo kehereherehe” – @Cofi
En las casas de apuestas: baja al 16º puesto, aunque quizá no se ha notado aún el efecto del clip. O quizá sí.

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Publicado por
Raúl Guillén